domingo, 30 de septiembre de 2007

La historia de Cecilia Solás(13). Una blogonovela cubana.

Año 2002.

Capitulo 4. Trabajos de amor perdidos.

Cary lo recibió cerveza en mano, aspavientosa como era, solo para impresionar; atrás asomaba más sonriente aún su amiguísima Lisa. Cary le dijo pensé que los tres juntos nos íbamos a divertir más, además Lisa también va para allá pronto y ya los dejo conectaditos,

- Te perdono porque esto es una despedida, ¿no dijiste que venias ayer? sabes que no soy nada celosa, trágate la excusa, lo importante es que estas aquí, y terminó la frase con un beso sonado y pegajoso.

Raúl acostumbrado a las sorpresas de Cary, supo desde siempre que la despedida iba a ser desafiantemente caliente y tremolante, y esa sola idea hacia que todo él fuera un reguilete a merced del viento carísimo con la cabeza dando vueltas sobre el eje de su sexo tan arrogante.

Empezaron a tomar, sin prisa; y tragos van y tragos vienen, y prueba y dime que te parece; humos, inciensos, penumbras, sinsentidos, todo envuelto en una música apagada y sinuosa, en una fiesta de instintos, juegos y trampas. Las luces de las velas resaltaban las siluetas que afanosas prodigaban caricias y besaban con calma….

De pronto, no tan pronto, un saludo cual toque de diana.¡namaskar!, y reinó la oscuridad.
Las dos hembras, Raúl lo presiente se han entregado a un ritual de iniciación. Y vengan dos granos de incienso en una lámpara, y aceites en un cofre para frotarse desde los bordes de las uñas hasta el último resquicio de cuerpo, y empiecen a crecer picos, plumas, alas, que alzan el vuelo, y un ruido como de huracán, una sensación de ola gigantesca parece llegar de quién sabe dónde hasta embotarle los sentidos a Raúl que yace expectante.

En éxtasis, alargó una mano y palpó cabellos, ¿de Lisa?. Una caricia torpe descendió hasta el hombro, ¿de Cary?. Y una boca, ¿de Lisa?, llevo su dedo a su garganta, y un muslo, ¿de Cary?, rozó su rodilla, y gemido cual promesa, ¿cuál gime?, y dientes que muerden ¿cuál boca?, Raúl presiente aunque no en su carne, y unos labios empiezan a descender por su pecho y los labios se convierten en seno que salta a su rostro y se aprieta contra la cuenca del ojo que más miraba, parece que quisiera reventar el pezón, y rojos y violetas en la carne del párpado donde Lisa es Cary es Lisa, y lazos aferrando las aves, porque las dos damas se han trasmutado en pavorosas y exóticas aves danzantes y arremolinadas entre ellas plumas encauzan la raíz oscura del macho único hacia una canal hirviente.

Y venga un beso para la sal de las arenas, porque la danza se desborda de los cuerpos, el seno se hace vientre, el vientre se hace espalda, la espalda es redondez, es canal, otra canal, que desciende, golosa, que asalta, desplaza a la canal timorata que apenas roza, ¿Quién es quién se pregunta?, y logra que coincida la punta cabría con el ojo de agua de una de las aves, la raíz se sumerge hasta un fondo erizado de humores vivaces, y las plumas se tersan al máximo, parece, y la lengua de un pico fiero murmura entre el nacimiento de la raíz y el ojo de agua, también parece, y una cadera próxima, llega hasta el sitio más recóndito, a dejar la impronta de liebre, y lengua que se hunde, y dientes que roen, y piernas se entrelazan en brazos, y una mordida con suavidad de beso, y sentidos diluyéndose en el culto de los sentidos, en el rezo a las tres caras de un mismo dios, y la hembra golosa proclama que se acerca a la cima de su cima, que ya casi, pero no estalla, escurre el ojo de agua, ¿se le ha escapado la raíz?, ¿la lengua de pico fiero fue la culpable?, boca para otra boca, canal para otra canal, hembras abrazadas a él, disputándoselo, compartiéndoselo, compartiéndose. Raúl embriagado en su arrogancia de hombre codiciado atrapado en sus propias sensaciones y emociones se entrega aún con más fuerza a este frenesí sin importarle el precio ni el pedazo de su alma que ha puesto en juego. ¿Qué sientes Raúl?, ¿qué piensas?¡Di!

Y la punta cabría se lanza con desespero a disputar un ojo de agua cualquiera, no importa cuál, y da con picos enfurecidos, y la raíz oscura deja que en la noche de luces altas, su fruta se engendre en dos bocas, sea paladeada por dos lenguas, y no lo evita, que la raíz estalle en zumo, y un manantial de savia salta, y un pico desea solo para él la savia del mangle colorado, parece, y plumas se sublevan contra plumas, canal contra canal, hembras en espejo, feroces, y el deseo persiste en la punta cabría.

Ahora, ahora o nunca se dice, tienes que sumergir la raíz en algún ojo de agua, el más próximo, este mismo, y qué angosto el camino, y en el fondo un mismo hervor distinto, y las hembras aplauden con sus alas erguidas ¿en son de paz?, ¿de guerra? con delicadeza, con saña, quizás ternura del instinto o furor, y delante aparece la canal que primero supo de tu raíz oscura, canal que vibra sin alivio, sí, que venga hasta tu lengua quizás áspera, quizás ácida, y la canal vaporosa se abre ante tu rostro, y le colocas la impronta de liebre en el sitio que más reverbera, y ocurre una sacudida atronadora, y no entre tus labios, ha estallado la canal angosta, lo sabe tu raíz, y qué estremecimiento en las danzantes, solo la arena permanece impávida, y la punta cabría se escapa con lentitud, para no ir lejos, un pico la bebe, parece, y la conduce, parece, y la coloca en la canal que quemaba tu lengua, y el camino es el mismo, el fuego es nuevo, y la punta cabría se abre paso en el ojo de agua ancho, borboteante, que empieza a estallar lento y rotundo y leve y recio, y nuevo estremecimiento, y la punta más cabría que al principio, se desliza fuera de la canal, no, la canal ha hecho que se deslice, y silencio, silencio de hembras ovilladas, fetales, hijas de sí mismas, con los rostros coincidiendo en tu pecho, con alas quietas, con picos sosegados, con canales y ojos de agua que trozan apenas el instante, en seguida comienzan a recomponer sus plumas, se sacuden la arena, y tú acaricias un torso que fuga, unos brazos que encadenan, ¿y esta paz de los cuerpos?, ¿es extravío?, ¿qué es?

¡Estas molido!, piensa Raúl agotado y satisfecho en su instinto más animal.

Cary & Lisa, se sonríen, cómplices y suspiran al unísono quizás añorando al mangle rojo que ya no es mas que cola de perro asustado.

Raúl y estos trabajos ¿de amor? ¿perdidos? ¿para siempre?, y en su cara asoma una sensación de vacío sin remedio, pero el aún no lo sabe. (continuará)

sábado, 29 de septiembre de 2007

Ayer fue el estreno de “Aromas de un Viaje”. Para todos los amigos.

Ayer por fin fue el esperado estreno mundial de “Aromas de un Viaje”. Si, ya se que suena un poco grandilocuente eso de “mundial”, pero aparte de ser una gran verdad, estoy utilizando el lenguaje teatral, la frase al uso.

La sala estaba a lleno completo y los actores todos dieron lo mejor de si. Como siempre suele suceder mientras más días pasen la obra se ira reacomodando y adquiriendo un aire más maduro y desenvuelto. Pero sin dudas ayer fue un gran estreno, inmejorable diría solo para desmentirme a la noche; y yo me siento muy orgullosa de pertenecer a Teatro en Miami Studio. Aunque valga la aclaración, yo en esta obra no formo parte del elenco.

Hoy también toca función. Y así todos los viernes y sábados hasta el 27 de octubre.

No es mi intención aquí emular a los críticos teatrales que ya se encargaran de ponerles adjetivos a cada actuación, música, luces y demás. Yo amanecí encantada, y solo tengo alabanzas para lo que vi anoche. Me concentraré en el tema. En lo que a mi juicio nos deja una obra de arte después de haber sido expuesta a nuestro intelecto.

Don Ernesto, - y se que se va a reír cuando lea estas notas- si, Don Ernesto García es un obseso. Si me pidieran una semblanza corta yo diría, es un hombre que sabe lo que quiere, concentrado en convertir sus fantasías en realidades y que busca la perfección, es decir esa que se compone de defectos y virtudes humanos pero animados siempre por la búsqueda de una verdad que nos sustente en este corto y largo viaje que es la vida. Y para mi este es el “leitmotiv” de “Aromas….”

Siete personas montan en un tren pensando que van a algún lugar. Falso, todas huían, algunos de sus propias vidas masacradas ya por tanta infelicidad, otros en busca de ella, y todos como dice un personaje “querían algo que la vida no les estaba ofreciendo”.

Es bueno buscar la felicidad, es un proceso hermoso y necesario, pero nunca la felicidad es un fin. Y casi nunca la vida se ofrece fácil. Y parece que eso lo ignoraban todos los personajes. Y muchos a veces lo ignoramos.

La codicia de Otto, la soberbia de Livia, la soledad de Ofelia, la irresponsabilidad de Horacio, la ingenuidad de la joven Merlina, la insatisfacción de Venus, la represión de Norma y más sirven de pretexto al autor para hacernos ver que en ese tren fatídico y con semejante carga emocional no cabe la mas mínima esperanza.

La comprensión de lo que la vida si les estaba dando, alcanzada súbitamente cuando ya “ no queda nada por hacer”.

Cuántas veces en sucesos menos dramáticos que ante la muerte nos quejamos como Livia de si “ pudiéramos echar el tiempo atrás…” o como Otto cuando clama en medio de la mayor de las angustias “ ¿Y cómo seré recordado?”.

Ernesto nos enfrenta a aspectos existenciales muy caros al ser humano, las leyes de la vida y la muerte. Y nos enseña en menos de una hora que la vida hay que vivirla, no huyendo, sino mirando al frente, no conformándose, sino buscando siempre un destino que nos acerque a la felicidad, construyéndola, de modo que al abrir los ojos cada mañana seamos concientes de que puede ser nuestro último día en este mundo pero no por eso menos cargado de fe y confianza. El tren puede llegar siempre a un destino más venturoso si no dejamos que los demonios que todos llevamos dentro nos gobiernen.

Intima paradoja la de la vida y la muerte de la que todos somos participes. Por eso, vivamos, vivamos con alegría, con bondad, con amor. Y demos las gracias una vez más a Don Ernesto García por recordárnoslo con sencillez y belleza. Y a Teatro en Miami Studio en pleno por entregarse tan de lleno a esta maravillosa aventura.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

La fuerza del cariño

La fuerza del cariño
la fuerza del amor
la fuerza del destino
la fuerza del temor
La fuerza de la duda
la duda del amor
la duda del destino
la duda del rencor
La duda de la duda
de no saber si o no
la duda o la fuerza
¿de el amor o el temor?.

domingo, 23 de septiembre de 2007

La historia de Cecilia Solás(12). Una blogonovela cubana.

Año 2002
Capitulo 4. A golpe de reguetton

Yola se había levantado temprano para su yoga y hacer el recorrido habitual por las placitas y agro mercados cercanos. Aunque se tomaba este recorrido con la mejor de las sonrisas esperanzada siempre, la realidad parecía más un vía crucis pues cuando no eran los precios, era la calidad o sino la nada cotidiana.

Al doblar la esquina se topó con un cartel ya conocido que rezaba “AG O ME CADO DE UTAS E ECTAS”. Y le dio risa el letrero que mejor parecía salido de una mente fañosa.

Pero día de suerte, un camión algo destartalado, lleno de cajas y sacos andaba parqueándose por la llamada zona de carga del ag o me cado, también conocido como agro mercado de la esquina.

Yola mujer chispeante y zalamera gustaba de meterse con la gente y ser reciprocada, la clásica cubana blanconaza, bien plantá en su edad, que había recorrido la ceca y la meca siempre con buenas costumbres y un corazón abierto e inmenso. Lo cortes no quita lo valiente. Cuando su marido se ausentaba por razones del trabajo, - cosa frecuente - se vestía algo más provocativo, solo para darse el gustazo de ser mirada con la lengua afuera.

Ese día llevaba un jean recortado y deshilachado bien subidito, chancletas de metedeo muy pepillonas, camiseta con letrero de esos que se inventa la gente y que no son mas que un pretexto, - este decía “mírame pero no me toques” -. Y nada más, como dice el poeta. Se acercó por la puerta del chofer al camión con sonrisa pícara, curiosa y mañosa capaz de poner azul sin pastilla a cualquier aludido,

oye pipo, ¿qué traes en tu camión?

El chofer no tardó ni un segundo en mirarla de arribabajoarriba y subiendo la parada contraatacó:

-para aquí traigo mango y maíz, pero para ti… lo que tú quieras, intocable.

A Yola solo le gustaba el jueguito, lo que se dice el retozo verbal, nada de llegar más lejos que ella había nacido en ese barrio, todo el mundo la conocía, sabia de su tremendismo pero hasta ahí. Tampoco era cuestión de dechabarse por unas mazorcas y cuatro mangos. Correspondió sonriente a la directa indirecta y marcó en la cola pensando en su mesa de hoy tan amarilla que prometía, aunque fuera para ella sola. Quizás seria buena idea invitar a la Ceci que seguro andaba aún rumiando el collage anónimo.

Como por coincidencia divina no más recordó a su amiga mentalmente cuando de pronto unos pasos más adelante en la misma cola vio a una muchachita joven, de pelo muy oxigenado que le caía en mechas casi hasta la misma cintura, una de esas personas que tienen un algo inconfundible, el pelo, ese pelo rubio y largo y suelto solo podía ser de…

Marimechi, ¡cara…! Te cogí mansita, pensó. Me encargo de ti en cuanto salga. Te velo y te atrapo.

Buscó las mazorcas, siempre haciéndose la distraída y la ausente para que la vigilada ni sospechara que ella la tenia fichada. Toda la compra la realizó con precisión relojera para que su plan no se le hiciera cuadritos y con un ojo puesto en la aprendiz de bruja. Salió del mercado con solo un paquete, por lo que le llevaba ventaja a Marimechi que se acercaba contoneándose a la acera de la sombrita con sendas jabas rebosantes de mazorcas y mangos a más no poder.

Acercó su paso, y le cayó al lado,

¿Y qué Marimechi?, ¿cómo te lleva la vida?

La rubia hermosota y simpática de nombre tan divertido y escasos veinte años, mostró cierta expresión de asombro-miedo, pero reponiéndose inmediatamente y con sonrisa de circunstancias le respondió

- ¡Ay Yoli, ¡que susto!, chica, na’ aquí en el forrajeo.

- Tú estuviste por el edificio anteayer, ¿no?

- ¿Yo?, no que va, ¿quién dice?

- Te vieron - mintió Yoli con cara de saber más de lo que estaba diciendo.

- Ah, si, de pasito rapidito, por eso no me acordaba, fui a recoger una ropa que me arregló Minerva.

- No, no fuiste a recoger na’ porque yo hablé con Minerva- volvió a mentir

- Bueno, Yoli, …

- Bueno , na’ y párate ahí.

- Estoy apurada ….

- ¡Que te pares te digo! - y con la mano libre, la agarró duro por un brazo de modo que a la Marimechi no le quedó más remedio que detenerse o sino adiós java rebozante de amarillo pintón y verde pelo.

Marimechi iba a empezar a protestar cuando Yoli no la dejó ni pronunciar la primera palabra y le espetó firme, serena pero muy agresiva y decidida:

- Oye bien lo que te digo Maria de las Mercedes Rodriguez y Rodriguez, agradécele a tu abuela que en paz descanse que no te de una entrada de patás aquí mismo por sucia y por puta.

- ¡oye….!, ¿estás loca?, ¿qué te pasa?

- Aquí la única loca y mosquita muerta de mierda eres tú y déjate de andar sonsacando a hombres casados que pueden casi ser tu padre, ¿me oíste?

- ¿No se de qué me hablas?

- Si sabes y mantente a raya sino quieres que te ponga la cara en alguna variante italiana que tú sabes. Y ya estas advertida. ¿estás clara?

Apuró el paso y con la mano hizo un gesto de dar por advertida y aleccionada a la Marimechi cuando ésta le gritó por la espalda:

- Oye, si Raúl te gusta te lo dejo, en un final lo mío es pasarla bien, hasta ahí, mi tía.

Yola giró en redondo como una exhalación, doble insulto por medio, que no le pasó inadvertido. Agarró a la rubia por el pelo, la tiró contra el piso y la horquetilló con sus dos brazos mientras un redesborde de mazorcas, pelos, mangos, se desplayaban por toda la calle para jolgorio de paseantes.

Después que en lo mejor del judo con un osae-comi-wasa la puso en pausa, cogió un mango maduro que se había quedado a medio andar entre la jaba y el reguero, se lo metió en la boca mientras la rubita pataleteando la arañaba a como podía y le arrancaba pedazos de camiseta de manera tal que lo de “ mírame y no me toques” parecía una harapienta advertencia necesaria , y casi la estaba ahogando cuando dos hombres llegaron corriendo al molote que in crescendo se divertía, las jalaron a cada una para su esquina, y las envolvieron coceantes en unos trapos blancos que vecinos misericordiosos habían traído para ayudar de algún modo, pero no sin antes lograr el juramento de ambas de que la pelea estaba cerrada y a tablas.

Y al son del musiqueo que venia de una casa cercana donde a todo volumen unos acordes estridentes marcaban algún ritmo horripilante y letánico con voz gutural y cuasi analfabeta …

“ y la gata revolcá se suelta y no pasa ná’… Y ná... y ná… y detente que se va”,

cual coda casual y oportuna, las dos contrincantes enfilaron cada una por su lado prometiendo con miradas taurinas una segunda parte.

El colofón lo puso un viejo de voz aguardentosa que había cogido platea en el performance:

Caballero, y después dicen que los negros… que par de blancas estas más buenototas… si las cojo… las hago amiguitas…!jajajaja!

y con esta frase aparentemente inconclusa pero de abarcador subtexto, el ruedo se fue dispersando entre risas, exclamaciones y algún que otro mango pisoteado y escapado para siempre a un destino callejero.

En estos precisos instantes Raúl tocaba insistentemente, a la puerta de un apartamento en un populoso barrio de la Ciudad del Mar, lo esperaban desde ayer, pero todo se le habia complicado en el último momento en casa de su amigo Ramón, mientras ensayaba una de sus mejores caras, una voz fresca y retozona gritaba ante tanta insistencia:

¡Ya voy, ya voy! … ¿quién será el desesperao que toca así? ( continuará)

Melancolía. Poema casi mío

Un amigo, mi alter ego... dejemoslo ahí; alguien que casi soy yo me ha enviado este poema que puedo haber escrito. O quizas no.

Decir melancolía suena cursi
No importa
Estoy melancólico, abrumado
Perdido en un barrunto de tristeza
Acompañado siempre por la lluvia,
Las brumas, nubes negras, añoranzas
Si escribir nostalgia es un pecado
Que me perdone un sacerdote sin pasado
Prometo no gritar, ni llorar solo
Tal vez una furtiva lágrima operática
O mirar hacia un pozo en la memoria
Cada fotografía y aquella carta me laceran
Nada podré hacer todo se sabe
Desafío las risas socarronas
Y escribo una vez más melancolía.

jueves, 20 de septiembre de 2007

La historia de Cecilia Solás(11). Una blogonovela cubana.

Año 2002
Capitulo 4. Vaya, !lleva tu pizza aquí!
Cecilia había dedicado la mañana a visitar a su amiga Casandra que también andaba en preparativos de viaje y en eso pasaron la tarde entre risas y esperanzas, confiadas en que volverían a verse en algún momento. Tanta amistad no la podía romper una mudada, aunque una fuera para el Norte y la otra tuviera que cruzar el Océano Atlántico. La vida es así, y siempre hay ese eterno retorno del que hablan los poetas y los locos.

Habían almorzado juntas, y a la tardecita decidieron ir a la iglesia, las dos eran muy creyentes aunque no practicantes, pero ambas necesitaban elevar sus propias plegarias y depositar un poco de confianza en Dios, quien todo lo puede.

San Judas Tadeo, abogado de las causas difíciles, Santa Rita abogada de imposibles , Santa Clara para preservar la alegría, San Pancracio para que ayudara a conseguir trabajo, la Virgen de las Mercedes para que las protegiera de las enfermedades y los malos pasos. Todos fueron invocados con humildad y fe.

Salieron del templo contentas, con esa extraña sensación que solo palpita en las iglesias. Como si con solo el hecho de orar hubieran hecho algo muy grande por ellas mismas. Y después de todo ¿qué otra cosa podían hacer que poner sus destinos en las manos de Dios y de todos los santos?

Cecilia tan emotiva como siempre se despidió de su amiga como si en verdad no fueran a verse nunca más, pero ella era así, y en todo caso la duda tenia razón de estar presente. Nunca se sabe, pensaban ambas entre sonrisas y frases de esperanza.

Ya cansada y tranquila a la vez llegó a su casa y al abrir la puerta recoge un papel deslizado por debajo de la puerta. Lo abre confiada pensando que seria un recado de alguien que había venido sin avisar a despedirse. Y con la mejor de la sonrisa lo desdobla.

Era un papel blanco que tenia pegadas palabras recortadas de revistas y periódicos, muy bien dispuestas, más al comenzar a leer su cara tan serena empezó a transfigurarse, comenzó a llorar casi convulsivamente y salió corriendo a buscar consuelo en casa de su vecina.

Solo atinó a alargarle la mano con el papel a Yola que la recibió azorada, Parecía una bonita composición visual hecha como un collage, pero su contenido aterraba por procaz , grosero e insultante; decía sin más:

“Mosquita muerta, que no se te ocurra jamás y nunca más volver a dar un show como el de anteanoche en tu terraza si no quieres que te ponga la cara mas que deshecha en menudos pedazos y no estoy recitando, so cretina. Déjate de lucirte que tú no eres más que una aguantona y una tarrúa. Tan penca como eres. El será tu marido, pero es más macho mío que tuyo. No te andes jugando que te voy a poner mas fea que una pizza de queso y tomate.”

Cecilia no volvía en si del llanto. Y Yola con cara compungida trataba de restarle importancia al asunto, pero su cara denotaba lo convencida que estaba de la autoría de semejante bajeza.

Yola sabía más de cuatro cosas y de cinco también y solo para tranquilizar a su vecina y amiga que lucia tan indefensa le dijo:

¡ay chica! si vieras cuantos papeles como estos me han puesto a mi en la puerta, eso son jodederas de muchachos, no le hagas caso, olvídalo que tú tienes mejores cosas en que pensar.

De esa forma logró convencer a Ceci que ya más tranquila comenzó a despedirse, pues el incidente la había agotado al colmo y quería descansar ya que Raúl no iba a regresar hasta el sábado y Gabriel seguía en su playa vitalicia.

Raúl ya de regreso de Madruga, enfiló el rumbo para casa de Cary, la primera de las bacanas que ya lo estaba esperando desde el mediodía, y aunque la preocupación de lo que había pasado en casa de Gerardo no lo abandonaba, se juró a si mismo no pensar más en eso y comenzar la jornada de las despedidas pues sino ni lo uno ni lo otro. Ya el sábado se reconciliaría con Gerardo, sus guerreros y sus santos. Ahora a gozar la vida, se dijo a si mismo y una rara sensación de poderlo todo en la vida se apodero de él (continuará)

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Proximo estreno de Teatro en Miami Studio. "Aromas de un viaje"

Para los que viven en el sur de la Florida.... Les recomiendo esta obra ( pinchen en el titulo para detalles). Es a mi juicio una reflexión, una oportunidad para confrontar nuestros sentimientos y esperanzas. La mano maestra de Don Ernesto García nos lleva una vez más en una introspección sobre la huida y el ser.

martes, 18 de septiembre de 2007

La historia de Cecilia Solás(10). Una blogonovela cubana.

Año 2002
Capitulo 4.
Emero timbo oe ... emerotimbo...

Raúl llegó en el preciso momento en que Gerardo terminaba la ceremonia matutina de tirar el ekuele para hablar con Orula, Ifá mediante. Gerardo no era solo un babalawo muy reconocido en toda la Ciudad del Mar, sino además el babalocha de Raul y de mucho de sus amigos. Y un verdadero padrino en toda la extensión de la palabra.

El cuarto dedicado a los santos era una fiesta de colores… las velas casi todas rojas encendidas y una profusión de girasoles hacían palidecer al mismo sol y las flores blancas y la limpieza extrema aromaban con un perfume dulzón lo que otorgaba un aspecto místico y de recogimiento a la habitación. Copas y vasos llenos de agua daban fe de pedidos de asistencia para la elevación de seres que ya no habitaban el plano de la tierra pero que aún andaban extraviados en los vericuetos de los hombres, las fuentes de vidrio policromas llenas de omilasa dedicadas a las deidades nos hablaban de quien ejercía la religión con seriedad y espiritualidad. A un lado en una especie de addimú, una calabaza abierta en dos, una cazuela de arroz con leche , un pozuelo con merengues y dulce de coco blanco y otro con majarete ,maíz finado, plátanos de frutas, miel. Gerardo lo había preparado todo dedicándole comidas y regalos a Yemayá la diosa del mar, a Obátalá… y a Chango del cual Raúl era hijo de santo. Gerardo preparaba un ebbo para Raúl.

En un extremo del altar habían colocado cascarilla, colonia, una palangana con agua, caña, tabaco, y una botella de aguardiente lo que indicaba que Gerardo pensaba invocar a su protector y guía el Hermano Francisco.

Desde temprano lo esperaba pero la tardanza había obligado a comenzar sin él. No obstante ya Gerardo había hecho el moyugbar y recién iniciaba el ebbi, sin contratiempos.

Gerardo se alegró de ver asomarse a Raul a la puerta del altar, y lo invito a pasar, no sin antes saludar a todas las deidades presentes y brindarle sus respetos. Con la habitual parsimonia de los babalawos en estos casos el padrino comenzó la consulta del dilogun, todo parecía un ritual sin contratiempos, pero Gerardo tiraba y tiraba y rezaba y rezaba y meneaba la cabeza en señal de contradicción, y Raúl entendió preocupado que algo no andaba bien. Gerardo miró fijo a Raúl, entonces,

- no obtengo respuesta -no quiero pensar que estás en osobbo. ¿tú hiciste todo lo que te mandé?

Raúl asintió con cara de aflicción.
- Entonces ¿ que pasa? ¿Por qué Ifá no responde? ¿la promesa a San Lazaro la cumpliste?, ¿fuiste al templo?, ¿le llevaste lo que te pidió?,

Raúl negó con la cabeza… el padrino montó en cólera,
- insensato, ¿estás jugando con tus santos?, ¿con tus guerreros?, ¿qué te pasa Raúl?, mira vete ahora mismo no vaya a ser que sea peor el remedio que la enfermedad… vete y no vuelvas hasta tanto no hayas ido a su templo… estás loco Raúl Montero… como puedes jugar así… que Oloffi se apiade de ti y vaya contigo… yo nada puedo hacer ¡ah! y no se te ocurra montarte en el avión sin volver por aquí… Raúl, la furia de Changó te puede caer en el medio de la cabeza y yo estaré lejos…. Mira cuando vuelvas vamos a darle de comer a tus guerreros y a tu Santo… mira que ni siquiera dejaron que entraras… por tu madre Raúl, ¡no te arriesgues por gusto!

Raúl miro para el cielo como quien está sacando cuentas mentalmente,

- hoy es martes, ¿puedo volver el sábado?
- Chico, ¿tú estas jugando conmigo?, ¿por qué el sábado?, ¿Por qué no mañana mismo?
- No padrino, no me malinterprete es que tengo un asunto urgente que resolver

Como hijo de Changó que era, Raúl amaba los placeres mundanos más que a él mismo, lo que es mucho decir, y eso lo sabia su padrino,

- bueno, tú sabrás, no puedo ir contra tu destino, solo aconsejarte… ven el sábado… pero procura Raúl Montero estar el sábado a primera hora por aquí. ¡Ah! Y trae un mechón de pelo de Ceci y otro de Gabriel, hace falta que tu inmadurez no provoque la ira de los santos en ellos dos, inocentes que nada tiene que ver con tus malacrianzas.

A punto ya de irse, Gerardo lo llama y le dice ya en un tono decididamente molesto, Raúl, ¿y tu abfaca?, ¿dónde la dejaste?. Si no la vas a usar devuélvemela, ¿o es que te da vergüenza usarla?

Raúl iba a decirle algo, pero Gerardo le apuntó con el dedo advirtiéndole

- no te busques lo que no esta para ti Raúl, cumple con ellos y ellos te ayudaran, ¡o jódete! Si eso es lo que quieres, y ahora ¡vete ya! Me has disgustado y voy a ver si puedo hacer algo por ti. Y cerró la puerta de golpe.

Raúl se iba alejando mientras escuchaba en un susurro la voz de Gerardo que rezaba

O mi tutu/Ana tute/tutu Laroye/Tute ilé

y solo entonces se percató de la seriedad del asunto, pero ya era tarde.

En medio de su confusión solo atinó a exclamar cual suplicante, ¡San Lázaro, mi viejo, no me abandones y te juro que te lleno la iglesia tuya en la Ciudad Dorada de madreselvas y flores de incienso en cuanto llegue!

Raúl indudablemente se había vuelto loco o no valoraba la ira de su padre Changó, quien siempre lo había sacado de apuros, tal parece que a Raúl no le importaba que San Lazado y Santa Bárbara se embroncaran por él, y esto si que era una falta mayor de respeto que podía costarle muy pero que muy cara. (continuará)

lunes, 17 de septiembre de 2007

!Todos el viernes 21 con la GeNeRaCioN AsErE a gozar con EL "gua-teque" de la blog-ERA!

Los aseres y el Frigidaire nos han convocado al Primer Encuentro Blogoferistico de Aseres y Ecobios Unidos (PRIMBLOASECU). La cita es el viernes 21 a eso del atardecer en casa de los Aseres. !Estan todos invitados! Entrada Gratis. !Lleva tu pomo!
!Que viva la bloguera cubana!

domingo, 16 de septiembre de 2007

El Ratoncito Pérez. Cuentecito no tan infantil.

Era este un ratoncito que se la pasaba pensando que quería juntarse con alguien, pero pobre ratoncito, no podía... nada ni nadie le venía bien, las juntaderas le duraban poco. Siempre le preguntaban cosas que él no quería contestar ... y eso lo espantaba... lo asustaba.

Un día que andaba de poeta por ahí, o de vago que para el caso es lo mismo se encontró con una cucarachita anodina y pizpireta a morirse que tenia complejo de linda y de preguntadora inteligente ... la pobre era tontísima, pero a veces a los ratoncitos eso les gusta... vaya usted a saber por qué. Claro, el ratoncito aunque muy avezado era, a primera vista no se dió cuenta del asunto y como suele suceder a veces confundió simpleza con ingenuidad y buen corazón... y le pareció encantador el detalle. Estaba feliz, la cucarachita cumplía con las tres B, buena, bonita y ......bobita

Pensaba que podría al fin juntarse con alguien que le fuera conveniente... si le extrañó un poco la pila de boberías que la cuqui le preguntaba... pero las pasó por alto o quizás ufanado como nunca antes no se percató de la gravedad del hecho... y cuando "ella " le preguntó eso de qué hacia por la noche...él que de niño le habían contado el cuento al revés decidió perspicazmente que lo de dormir y roncar no era la respuesta clave y ni corto ni perezoso la invitó a quedarse a vivir con él convencido que burlando al destino el final iba a ser distinto. La cuqui le juró que ella solo quería dedicarse a las buenas artes y que cuidaría de él y lo dejaría libre para que fuera en busca de tocino cada vez que quisiera sin necesidad de merodear ollas peligrosas. Mmmmm, que rara la cuqui, dijo tocino y no queso.

Todo parecía ir de maravillas, la olla asesina se había quedado en casa de la cuqui, así que no había peligro por ese lado, la cuqui jamás (palabra que le encantaba al ratoncito de este cuento) podría tirarlo para la olla y acabar con su vida como decían las malas lenguas que había sido en verdad el fin del otro cuento.... sin embargo... pobre ratoncito no se percató de que al violentar el mito se exponía a una nueva construcción de la history (si, con y griega y todo) y un buen día notó que su cuqui estaba muy barrigoncita, aunque por más que él le preguntara ella zalamera le respondía con arrumacos tranquilizantes y carantoñas puras incongruencias que a él no le gustaban nada nadita aunque lo disimulaba. Soy tan feliz, decía ella mientras se sonreía y se quedaba con la boquita abierta parpadeante.

Y de pronto, sin más acá ni más allá se escuchó un ruido algo acuático así como un plaf! Y asombrado al mirar para su cuqui contempló horrorizado como le salían de por debajo de las alitas primorosas de crepe satinado minúsculos ratoncitos con antenitas y más minúsculas aún cucarachitas con hociquitos y rabitos.

El ratoncito atónito perdió la cuenta cuando había contado más de diez..., hizo un último esfuerzo supremo para no desfallecer y salió corriendo - convencido que por valiente se tiene cualquier que para huir ánimo tiene - hacia la tierra de nunca jamás donde cuentan que vive solo, ermitaño en el fondo de lo que fue en tiempos remotos una olla de presión, confinado en soledad perpetua a vivir enajenado y esperando buenamente a que un día la olla reviente y se lo lleve de una buena vez por esos mundos de solo Dios sabe dónde.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Poema de lo imposible...

Ya no sabré de ti,
tu olor cual eco alcanza,
se vaciará mi vida
sin tu presencia
ajena soy a todo mi futuro
siembro el presente con semillas de ausencia

Un día llegará y otro y otro
y cuando al fin mi último minuto
mi alma sin dueña
volará a buscarte
y cuando te encuentre
reposará por siempre
en tu cuerpo desnudo

No entiendo de placeres,
ni de flores, ni orquestas,
ni tontas alabanzas,
ni orgullo carcomido, ni grandezas...
mi vida en entresijo de
recuerdos y torpezas
respira el aire
y vive
más mi vida esta exhausta
de inciertas pretensiones
y respuestas que faltan.

No me quejo,
la queja es como llaga del
sufrir sin sentido,
elegí mi camino y eso es todo
hay quien no sabe huir
de su propio destino.

jueves, 13 de septiembre de 2007

La historia de Cecilia Solás(9). Una blogonovela cubana.

Año 2002
Capitulo 4.
No hay peor ciega que ...
Yolanda se despertó al clarear el alba y como siempre fue directo para la terraza a realizar su tanda diaria de yoga… miró a la terraza de su vecina y escuchó un canturreo y un delicioso olor a café acabado de colar,

- Ceci, Ceci ¿madrugando? ¿Y cantando?

Ceci se asomó con la mejor de sus sonrisas…

- Ven acabo de colar, ven…
- Enseguida, déjame cerrar…

Yola se dispuso a cerrar su casa para la visita matinal con café incluido, al cerrar la puerta de la casa vio a un Raúl casi huidizo bajando las escaleras. Ella no las tenía todas con él, y aunque siempre había sido muy comedida, se toparon las miradas y ella le dijo con mal disimulada molestia:

- ¡Abejón!, ¡Dios sabrá adonde esa huída tan temprano!

- Por favor, señora, deje de tenerme mala voluntad y no siembre mas marabú intrigante en mi vida.

- Si no fuera que Ceci es una santa, tú ibas a saber quién soy yo, ¡a mi no me engañas! Le dijo bajito y con cara de rabia mientras tocaba la puerta de Ceci.

Ceci le abrió más rozagante aún y con una sonrisa de felicidad digna de una propaganda de pasta dental.

- Ceci, ... mira que dicen que cuando una mujer canta temprano es que la noche fue placentera y no tienes que decírmelo, mi’ja que todo el barrio se dio cuenta de la recholata de prende el mechón que llego el apagón que hubo aquí en esta misma terraza ayer anocheciendo.

- ¡Ay Yola, ¡qué vergüenza!, ¿lo dices en serio?
- Oye Ceci, ¿acaso estoy inventando algo?

Yola sentada en el sofá de la sala y Ceci par de tazas de café en mano , y le advierte que hay más, porque hice bastante, aclara…

- Mi’ja ¿y este café al amanecer?

- Raulí se despertó temprano porque su padrino lo mandó a buscar que tiene que estar tres días por Madruga haciéndole cosas a sus santos para que nos vaya bien en el viaje y después.

- Si, lo vi de casualidad…¿Tres días?, ¿tanto?… ¿pero qué puede ser?,

- No sé, eso me dijo… y yo le creo.

- Si, si, a ti te deberían decir la gallinita ciega en vez de Ceci…

- Chica, ¿pero por qué me dices eso?, mira ayer comprobé que Raulí me ama con la misma pasión de hace veinte años, fíjate que hasta los miedos y las inseguridades las he dejado a un lado. Se que nos va a ir bien, que el futuro nos pertenece por entero y que nuestro amor es indestructible…

- Ceci… ¿qué dices?, estás hablando en serio o estás leyendo un comunicado en saludo a la templeta balconística?

- Yola, no me mortifiques… ¡ya!, él me quiere, lo sé y lo sé. ¿Qué viste ayer?

No, nada, yo nada vi… pero Sarita la del apartamento 125, me dijo que ayer eso había sido en grande en tu terraza, que se lo había contado Camelia la del edificio de la esquina, que dice que desde su ventana se ve toda tu casa… que se sentó y todo… y después dijo que ni en video había visto una película tan caliente y dijo algo así como que era de tres equis…y parece que eso de tres equis es fuerte, por la carita que puso la muy cabrona…

-¡Ay! me muero de la vergüenza…? Y quién más nos vio?

- Nadie mas, - dijo convincente mientras se quitaba una basurita o algo similar que al parece le había caído en un ojo. Yola no sabía mentir.

- Mira si los vio Camelia los vio el país entero, pero a ver, qué berracada la tuya, estabas en tu casa, con tu marido, ¿cuál es la pena?

-Bueno, esa exhibidera, ni que fuera una estrella porno… y los vecinos fisgoneando.

-Bueno, Ceci, a lo hecho pecho y mira que cara más feliz tienes hoy si hasta parece que has rejuvenecido… ¿a ti qué te importa la gente?

- A mi si, y mucho… no me gusta que piensen que yo soy…

- ¿Qué eres qué, Ceci?… si todo el mundo sabe que eres un pan de gloria y que tu marido es un punto filipino. Mira chica, si no es que eres arquitecta diría que eres boba…

- Tampoco así, Yola, él me ama… sé que me ama.. Me lo dijo y que me amaría siempre.
Todos los hombres tienen sus cosas sin importancia… ¿acaso tú marido es un santo?

- Mira Ceci, tú ya estas bastante crecidita, tú y Raúl han estado juntos mucho tiempo, y todo eso está muy bien, pero si por lo que pasó ayer que es lo más común entre marido y mujer tú te pones así…mira, te digo, espabílate Mariana… si a tu edad porque te jamaqueen un poco, te estás creyendo que te aman, tú, no tienes remedio.

Yola palo porque bogo y palo porque no bogo… ¿qué me quieres decir?
y dale ven, vamos para la cocina que esta conversación merece otro buen café.

Raúl tenia que estar en Madruga, antes de las doce… ¡ah! si, lo de Madruga era cierto… tenia que despedirse de su padrino, que le tiraran los cocos, los caracoles, que le hicieran un buen despojo, darle de comer a Orula y ver que hacía con los santos que no podría llevarse…. eso si lo preocupaba un poco. Si, lo de Madruga era cierto, era un viaje en el día, es más ya a las cinco debería estar de regreso… Raúl no había mentido, no… lo único que un viaje de cinco horas lo iba a convertir en un viaje de unas ciento veinte horas.

Raúl era de esos seres que siempre contaba las historias a su modo, de manera que la verdad absoluta solo la tenía él. Eso lo hacia sentirse más seguro y además a quién le importa la verdad, si no hay nada más parecido a una verdad que una mentira bien contada… esa era su idea de este asunto.

Y así iba entretenido, congratulándose de su buena suerte y sagacidad cuando ya a punto de montarse en el ómnibus que iba a dar inicio a la jornada de despedidas se encontró con su amigo Ramón, al que no había visto hacía muchísimo tiempo… ( continuará)

De la Gaviota Cubana para Emilio

Una gaviota cubana me ha escrito; dice que mi post "La Cosas de la Vida", la hizo recordar viejas deudas... ¿de amor?, ¿de amistad?... no lo sé... es muy hermoso comprobar que la comunicación se replica y los sentimientos se abren aun más y también en la blogósfera, esta extraña suerte de espacio que nos acompaña siempre ya, y que nos hace más humanos... aquí está su poema para Emilio...

martes, 11 de septiembre de 2007

Alicia frente al espejo

Si Alicia atraviesa el espejo
Encontrará una pared
La misma que está a su espalda
Si no se atreve se encontrará a sí misma
preguntando al espejo
Pregunta por otros tiempos
Busca una sonrisa que se desvanece
No se atreve a decir el nombre aquel
Del otro lado del espejo no hay misterio
El sofá, una cama igual, y el mismo abrigo
¿Si Alicia rompe el espejo
la otra habitación se hará añicos?

lunes, 10 de septiembre de 2007

El efecto mariposa y la amistad

En 1952 el escritor Ray Bradbury escribió un cuento de ciencia ficción titulado El ruido de un trueno (A sound of Thunder). En él, unos cazadores viajan en el tiempo hasta llegar a la prehistoria y sin darse cuenta matan a un insecto. En consecuencia y debido a ello, cuando vuelven al presente se dan cuenta que el mundo en que se encuentran es totalmente diferente al que conocían en un principio. Ese insecto era una mariposa, cuya muerte a-histórica habría provocado un efecto en cadena de dimensiones inmensurables.

El meteorólogo Edward Lorenz fue el primero en analizar este concepto en un trabajo de 1963 para la Academia de Ciencias de Nueva York. Lorenz, tratando de predecir el clima a través de fórmulas matemáticas que relacionaban variables como tiempo y humedad, lograba predecir la meteorología del día siguiente. Cuando revisó los datos se dio cuenta que, haciendo pequeñísimos cambios en ellos, se lograban resultados absolutamente diferentes. Esto ocurre porque las variables meteorológicas están todas relacionadas.

Esta interrelación de causa-efecto se da en todos los eventos de la vida. Un pequeño cambio puede generar grandes resultados o poéticamente: "el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tormenta en Nueva York". ¿ No les suena muy razonado?

Pues igual sucede con la amistad…
Una comida en un restaurante puede provocar la perdida de una amistad cultivada en tiempos de alegría y adversidad por muchos años. Es lógico, la amistad es algo que encaja muy bien en la llamada teoría del caos, es una mezcla de orden y desorden.

“Lo que es sigue siendo, mientras que no haya motivos para que deje se ser lo que es”, postulan los filósofos con ese instinto del equilibrio tan afín a los fenómenos físicos.

Un batir de alas basta… y la mariposa se transforma en ave que huye, pez que resbala, bestia herida, alma que sufre… perdida sin remedio. Guerra sin paz. Olvido.
¿será así la vida? , ¿y las flores cual descansillos al vuelo?, ¿y el aire como aliento a las alas?... ¿serán solo las mariposas o un conjuro de la falsa realidad?, ¿de la banalidad?, ¿de la levedad del ser?

sábado, 8 de septiembre de 2007

La historia de Cecilia Solás(8). Una blogonovela cubana.

Año 2002
Capitulo 3.
Pa' que se entere La Vana

Raúl tomó a Ceci y la apretó contra él amorosamente.
- mi amor, ¿así que quieres un remedio?, se lo que te hace falta para que te calmes, Ceci mía, estás muy tensa, muy preocupada y eso no está bien mi amor… llevamos mucho tiempo juntos y nos conocemos bien, se que tienes miedo, pero quiero que estés tranquila, yo te amo con locura, con amor profundo y nunca, nunca habrá otra mujer, ni nada, ni evento en la vida, ni circunstancia que me haga dejar de amarte.

Raúl era sincero, al decirle estas cosas, en verdad la quería, aunque a veces, solo a veces la encontrara sosa, pero sabía que era una gran mujer, y además muy bella aunque nunca se lo dijera, por precaución, no fuera ser que se le maleara con tanto piropo.

Pero Ceci era una mujer naturalmente atractiva, con una buena figura esculpida aún más gracias a las cuatro millas que caminaba diariamente en ida y vuelta de la casa a la oficina, una piel tersa y envidiable, y unos ojos color miel, muy calidos y sobre todo, era una mujer cariñosa y devota; si, muy devota de su marido y de su familia, a la que se lo había apostado todo, aunque ella ni cuenta se diera.

Raúl entró un momento al apartamento y salió con dos copas y una botella. Todo acto de amor debe comenzar con un buen vino, entonces con un vino, de los viñedos de San Cristóbal, ya se sabe, una uva joven y poco domable que daba un tinto tragable al menos, sin mucho rigor, pero bueno para rebajar tensiones. No hay nada mejor que una copa de vino antes de hacer el amor, y dos después para volver a empezar.

Después de la primera copa, Ceci y Raúl se entregaron en cuerpo y alma a procurar una cura para el nerviosismo de ella, la tarde cayendo y una breve brisa eran los únicos testigos. No violemos esa intimidad tan maravillosa, no cometamos sacrilegio y menos aun “ voyeurismo”. Dejemos que Raúl y Ceci resuelvan a su modo este pasaje sin darle mucha literatura… ya todos sabemos más o menos lo que pasa en estos casos … las bocas se abren… casi todas… los cuerpos se funden… los flujos se entremezclan… los sudores y los olores se avivan … las caricias se expanden … las lenguas mudas y locuaces a la vez… las manos laboriosas… los brazos… un festín de todo los cuerpos.
Y asoman a veces frases en lenguas afines a los amantes… a Ceci le encantaba la onda francesa y en sus momentos de mayor placer y así con ese tono y énfasis de una mujer que esta entregada sin inhibiciones… le dijo al oído a su marido “élève-moi dans l’air de la lune / et brûlez-moi.” … frase que era equivalente en fuerza a “ za liubob da konza”, pero a Ceci no le gustaba el idioma ruso, vaya usted a saber porque. Esas extravagancias de Ceci le encantaban a Raúl y hasta lo excitaban su poquito, le daba un aire aristocrático y de highclass al asunto, decía y era lo que impedía que el epíteto de sosa fuera aplicado con todo rigor de su parte… no obstante. En ese sentido Raúl era muy injusto, mas adelante comprobaremos que todo no era mas que una cuestión de tesituras.

El tiempo casi detenido se recostó en la luna para contemplar rendido el espectáculo de la puesta de sol con sonatina de amor.

Raúl sabia que Ceci ya embriagada por tanto vino y tanto batuqueo idiomático y quiropráctico estaba lista para la etapa final y fue cuando le dijo en inglés como un aporte al futuro promisorio que se le avecinaba “ come and take me all under my skin”, Raúl sabia que ya todo estaba casi hecho… solo faltaba el golpe maestro…. Y se lo dijo en español; no, más aún, se lo dijo en cubano, idioma universal que se habla en todos los paises del mundo, para bien y para mal… “ Ceci mami, so puta, aguantate que la dosis que tengo pa’ti es ….” y no pudo acabar la frase… ¡aaaaahhh! Y ¡oh maravilla de la gracia divina!, Ceci al fin quedó regada abundantemente de la savia medicinal, de la sustancia inventada por Dios para quitarle el nerviosismo a todas las mujeres. No hay otra. Es la medicina ideal y total. Y si quieren les explico más.

Ya cuando habían terminado, Raúl la besó y le dijo “ y ahora a terminar la faena, limpia bien todo esto y trágate hasta la ultima gota”. Ceci lo miró con esa mirada devota de mujer enamorada y bien trabajada. Y Raúl se sintió una vez mas que como él no había otro en el mundo para su mujer y para el mundo.

Y aprovechó que ella estaba amorosa dedicada a la tarea encomendada, cuando cogiéndola cariñoso por el pelo le dijo… “ ¿qué?, ¿curada?, ¿eh?, ¿curadita mi niñita?, y y acto seguido y para rematar la buena acción y dejarlo todo en orden, prosiguió:

- Sabes Ceci… se me había olvidado … debo ir a Madruga por tres días, dice mi padrino que no puedo alzar vuelo sin recibir unas bendiciones… tengo que darle de comer a Orula y hacerme un resguardo que nos proteja a los tres. Y mientras antes vaya mejor.

- Raulí, con los santos no se juega… mañana mismo si puedes vete, no te preocupes, yo me encargo de sacar los pasajes y de lo que haga falta… me siento tan serena, tan tranquila…. eres mi rey, Rauli, mi sol, te adoro.

La felicidad, esa ave sin plumas, al fin se había posado en la terraza, al menos esa tarde de amores, placeres y mentiras, quién sabe hasta cuando (continuará)

jueves, 6 de septiembre de 2007

La historia de Cecilia Solás(7). Una blogonovela cubana.

Año 2002
Capitulo 3.
Raúl por dentro

Aclaremos algo. No es que Raúl fuera un desalmado, un oportunista, no ¡que va!, es que la vida es complicada y da muchas vueltas y unido a un aspecto físico digamos que cautivador, - sin exagerar - había el hecho que Raúl era un tipo con unos sentimientos más largos que la esperanza de un pobre… y na’ se encariñaba.

Sus bacanas como él acostumbraba a llamarlas, eran tres, las tres sabían que las cuatro existían, menos Ceci que no sabia nada de nada, ni de la una, ni de las dos, ni de las tres. Su reloj solo marcaba las 4, las 8 y las 12, aunque esto era una casualidad. Y bueno Ceci no era una bacana, obvio. Ceci era la esposa.

Raúl era tan buen actor (sin dedicarse a las tablas propiamente) que había logrado engatusar a Ceci, arquitecta de profesión, medalla de oro en su graduación, que hablaba, escribía y leía tres idiomas perfectamente y de manera muy natural, de modo tal que nunca, nunca pudo probarle ninguna de sus sospechas. Y es que hay que reconocer que cuando un hombre como Raúl Montero, dice a ser creativo, pues no hay quien le gane, ni quien lo venza, y mucho menos quien le ponga un pie adelante.

Salvada esta digresión necesaria, - para que no haya malos entendidos- digamos también y para que se acaben de hacer una idea completa del asunto, que Raúl sentía que amaba profundamente e inequívocamente a su esposa como no había hombre alguno en la tierra, lo que pasaba es que su corazón , - decía él cuando estaba para el paso – era como un edificio,
!será una barraca! le apuntaba con cierto retintín, Mercy, la mulata.

No, mi amor, que es un edificio de lujo, recalcaba él, y edificio al fin tiene varios apartamentos, de forma que cada una podía quedar instalada cómodamente en uno, sin molestar a las otras. Otras veces le gustaba decir que su corazón tenía cuatro aurículas y cuatro ventrículos, y que había espacio hasta para cuatro más.

A decir verdad, la única celosa era Mercy la mulatisima del Cerro, las otras dos, Miriam la curadora y a Cary la auxiliar de contabilidad no le interesaban esas bobadas de Raúl. Para Miriam eran pelillos a la mar.

Y claro, había otras, pero bacanas, lo que se dice bacanas, solo estas tres.
Raúl decía que tenia todas las letras del abecedario y así activas o en retiro aparecían registradas varias Anas, una Betty, Celia, Dea, Eva, Florinda, Gabrielle, Hildita, Iliana, Juliette, Karin, Lidice, Monica, Nancy, Larisa, Olga, Patricia, Rosi, Sahily, Tania, Ute, Valia, Wilma, Xiomara, Yoli y Zaida y hay para tres o cuatro vueltas mas de abecedarios, decía orgulloso cuando andaba de buenas. Ya lo habíamos dicho, Raúl era un coleccionista.

Solo faltaba alguien con letra inicial Q, pero a falta de nombre estaba la Queque, apodo cariñoso, por su carita parecida a una de las famosas y ya desaparecidas galletotas.

Es cierto que a ratos algunas quedaban interruptas, pero teniendo en cuanta que estas bacanísimas ostentaban además titulo de antigüedad, pues entre col y col lechuga y total que Raúl si que no era celoso, y siempre había alguna inquilina ocasional para ocupar algún apartamento que se vaciara.

Tampoco piensen que las tres bacanas compartían y eran amigas, no, nada de eso, señores que esta es una historia decente, ¡no faltaba mas!. Simplemente que las tres se conocían de vista y eventualmente habían tenido que verse en contadísimas y justificadas ocasiones que no viene al caso dar a conocer, por el momento.

¿Y por dónde andábamos?

¡Ah!, si… la Ceci encaramadita en las piernas de Raulí, pidiéndole melosita un remedio para su nerviosismo… congelen la imagen, así, hasta el próximo post (continuará)

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Cosas de la vida.

Érase un escritor, novelista, poeta, dramaturgo, ensayista, pintor por el violín de Ingres y cantante de arias operísticas en sus minutos de euforia. Érase lo que se dice un artista, y dada su proyección y su manera de ser agreguemos además un intelectual.

Este escritor que es mi amigo casi desde que naci es invitado a dar una conferencia, un taller y no se que más en un evento en un país sudamericano. Se prepara con rigor y dedicación para su presentación, y no que me lo haya dicho, sino que lo conozco. Hace tiempo que apenas se de él.

Mi amigo es además una persona muy comedida y reservada, digamos que es lo que se suele decir una persona decente. Pero no puede escapar a la realidad más adversa que circunscribe a un cubano.

No mas termina su primera aparición publica y lo acosan a preguntas fuera del asunto que lo llevaba al evento. Si, ya sabemos, los cubanos están perseguidos por ese sino maldito que todo lo contamina, la adversidad sostenida y el hecho patético que un cuarto de su población, casi, haya abandonado su patria. Son demasiadas heridas, en demasiados lugares, y el dolor no siempre se encauza. Y todos estamos heridos. Y por si fuera poco, hay hasta quienes obtienen ganancias por ello.

Mi amigo parece ser, según refieren algunos medios digitales, dio una respuesta que no agradó, a los paparazos, ¡oh! perdón, a algunos de los periodistas que cubrían el evento.

Me conduelo con lo que ha sucedido, mi amigo ha sido llamado “ cara de palo” y mentiroso, y algunos epítetos y hasta consejos le han dado, -que a decir verdad no vienen al caso - no en el mismo debate, sino a posteriori en publicaciones digitales que se han hecho eco. Opté por mandar un comentario exigiendo respeto y no me lo publicaron.

Dicen que Aristóteles dijo que el hombre es un animal político… mi amigo lo expresó en su disertación, - refieren los cronistas- hubiera sido mejor haber dicho…. pienso que Aristóteles fue muy cortés; el hombre es un animal, y algunas veces, algunos, ejercen la política. Y algunas veces más o menos la política sucia, como en esta anécdota.
De ahí que cosas como estas, pasen.
Como si fuéramos payasos.

domingo, 2 de septiembre de 2007

La historia de Cecilia Solás(6). Una blogonovela cubana.

Año 2002
Capitulo 3.
Remedio para los nervios

Como todo en la vida, las cosas se fueron resolviendo, … lentamente. Cecilia vendió algunos pares de zapatos para hacerle frente a las interminables celebraciones y despedidas en casas de amigos; regaló otras cosas , y así, como siempre, tratando de que los demás se sintieran contentos, -todos- se fue tranquilizando y acostumbrándo a la idea que como le decía todo el mundo era una afortunada. Ya su vecina Yolanda le había aconsejado que bajara el nivel de angustia, porque le parecía que un poquito de picante le vendría bien. ¡Ay! mi’ja si estás que pareces una solterona, a ver ¿desde cuándo “nada”?, mira que el que no “nada” se ahoga…… le advertía, tratando de aconsejar a la Ceci.

Gabriel había decidido irse para la playa y solo aparecía si su presencia por los trámites era requerida, y así a su modo también inició una jornada de celebración y despedida con la noviecita de turno, de tal manera que cuando no estaban a la orilla del mar, achicharrándose al sol, estaban en la cama achicharrándose igual, por lo que entre una variante y otra, estaba encantadísimo. Gabriel pasaba sin dudas, los días más esplendidos de su corta y ya exitosa vida. Y se decía constantemente que si cuando llegara “allá” tenia que ponerse a limpiar carros o a trabajar de parqueador, recordaría este tiempo de gran señor con la esperanza que pronto en algún lugar y momento volvieran a repetirse, pero mientras tanto ¿quién le iba a quitar lo bailao?

Raúl era el más preocupado aunque parezca mentira decirlo; tenia que despedirse de sus bacanas como él les llamaba y él que era un lámpara según se autotitulaba, no sabía que inventar para perderse al menos tres días y despedirse como lo que era: un caballero que le debía a sus damas.

A él no le gustaba catalogarse de Don Juan y cuando los socios lo alababan por su exitoso desenvolvimiento, él siempre decía que no le gustaba eso de ser Don Juan porque él jamás se hubiera enredado con una monja, además Don Juan era un seductor, y su idea del asunto era más simple por lo que al decir de Kundera, podría considerarse un coleccionista, y ese término le agradaba por preciso y porque a su modo, siempre a su modo, consideraba que con ese enfoque pragmático no era un infiel, sino un recolector de aventuras, un gozador, un perfumista de la esencia más divina, un malabarista del verbo. Eso decía, y lo más bonito, es que lo decía de verdad, convencido.

¿Qué inventaba?, ¿cómo se las arreglaba para no aumentar la tensión que era palpable en Cecilia y esa suspicacia que nunca la había abandonado?, aunque de ahí no pasaba, que él si era un fiera para la simulación, y Cecilia podría imaginarse todo lo que quisiera pero con las manos en la masa, fuera de base, in modus infragantis, …, no, eso never ever como había dicho su ídolo el Billy cuando le preguntaron si había tenido sexo con la becaria de la lengua pródiga.

Y en esas andaba, ensimismado, descansando en aquella terraza con vista al mar, cuando Cecilia se le sentó en las piernas y le dijo acaramelada…

- Sabes Raulí, tengo un nerviosismo, una intranquilidad, una cosita, aquí…. ¿no tienes nada que darme a ver si se me quita esta ansiedad?

Raúl Montero, miró al cielo y solo atinó a musitar: !gracias, dioses míos!. De pronto todo se le había hecho claro, el plan completo se revelaba ante sus ojos con la misma nitidez que el mar en Puerto Esperanza al amanecer y solo había que poner manos a la obra . (continuará)

sábado, 1 de septiembre de 2007

Revisitando el término "anónimo"

Gracias a mi amigo el cubano-barcelones Ernesto Hernández Busto y a su polémica aparición en el programa " A Mano Limpia ", me he detenido a pensar en el concepto de la palabra “anónimo”

Los anónimos concebidos como cartas o mensajes con contenido insultante, o insinuante (¡hay anónimos muy amorosos!) siempre han sido vistos y catalogados como sinónimo de cobardía, escritos por gente de baja calaña y oscuras intenciones.

Con la aparición de los blogs y su consustancial forma de comunicación y de expresión de ideas, a mi juicio el concepto cambia.

Hoy durante la presentación del libro del mencionado autor “Inventario de Saldos", en la librería Universal en Miami se hablaron de otros y este tema.

El blog, según Ernesto es un fenómeno de la comunicación que toca el concepto de lo que él llama “periodismo ciudadano”, y a diferencia del “periodismo clásico" ( por llamarlo de algún modo) contribuye a esparcir el conocimiento de temas y a la vez mediante la participación abierta y popular del universo de internautas, ésta es modulada, verificada, ampliada, en fin, purificada.

Desde este punto de vista un anónimo, es alguien que bien por premura, por vagancia o por simple timidez, no quiere acompañar una identificación precisa a un comentario emitido en un blog. El comentario puede ser racional, valido, elegante y veraz, pero el autor prefiere no darse a conocer. A veces son más las notas anónimas que las autenticadas las que modelan un post.

A mi juicio, es entonces casi un imperativo revisitar el concepto de anónimo y prefiero de ahora en adelante (y siempre que no hayan oscuras intenciones, insultos o epítetos lacerantes) considerar que un anónimo es alguien que tiene una opinión precisa sobre un tópico o un tema, pero que bien su humildad o su timidez no le permiten darse a conocer tal cual es.

Me parece que esta nueva acepción – blog mediante- levanta un poco el espíritu de todos aquellos que tienen algo que decir pero que prefieren hacerlo desde los impenetrables velos del anonimato.