domingo, 23 de septiembre de 2007

La historia de Cecilia Solás(12). Una blogonovela cubana.

Año 2002
Capitulo 4. A golpe de reguetton

Yola se había levantado temprano para su yoga y hacer el recorrido habitual por las placitas y agro mercados cercanos. Aunque se tomaba este recorrido con la mejor de las sonrisas esperanzada siempre, la realidad parecía más un vía crucis pues cuando no eran los precios, era la calidad o sino la nada cotidiana.

Al doblar la esquina se topó con un cartel ya conocido que rezaba “AG O ME CADO DE UTAS E ECTAS”. Y le dio risa el letrero que mejor parecía salido de una mente fañosa.

Pero día de suerte, un camión algo destartalado, lleno de cajas y sacos andaba parqueándose por la llamada zona de carga del ag o me cado, también conocido como agro mercado de la esquina.

Yola mujer chispeante y zalamera gustaba de meterse con la gente y ser reciprocada, la clásica cubana blanconaza, bien plantá en su edad, que había recorrido la ceca y la meca siempre con buenas costumbres y un corazón abierto e inmenso. Lo cortes no quita lo valiente. Cuando su marido se ausentaba por razones del trabajo, - cosa frecuente - se vestía algo más provocativo, solo para darse el gustazo de ser mirada con la lengua afuera.

Ese día llevaba un jean recortado y deshilachado bien subidito, chancletas de metedeo muy pepillonas, camiseta con letrero de esos que se inventa la gente y que no son mas que un pretexto, - este decía “mírame pero no me toques” -. Y nada más, como dice el poeta. Se acercó por la puerta del chofer al camión con sonrisa pícara, curiosa y mañosa capaz de poner azul sin pastilla a cualquier aludido,

oye pipo, ¿qué traes en tu camión?

El chofer no tardó ni un segundo en mirarla de arribabajoarriba y subiendo la parada contraatacó:

-para aquí traigo mango y maíz, pero para ti… lo que tú quieras, intocable.

A Yola solo le gustaba el jueguito, lo que se dice el retozo verbal, nada de llegar más lejos que ella había nacido en ese barrio, todo el mundo la conocía, sabia de su tremendismo pero hasta ahí. Tampoco era cuestión de dechabarse por unas mazorcas y cuatro mangos. Correspondió sonriente a la directa indirecta y marcó en la cola pensando en su mesa de hoy tan amarilla que prometía, aunque fuera para ella sola. Quizás seria buena idea invitar a la Ceci que seguro andaba aún rumiando el collage anónimo.

Como por coincidencia divina no más recordó a su amiga mentalmente cuando de pronto unos pasos más adelante en la misma cola vio a una muchachita joven, de pelo muy oxigenado que le caía en mechas casi hasta la misma cintura, una de esas personas que tienen un algo inconfundible, el pelo, ese pelo rubio y largo y suelto solo podía ser de…

Marimechi, ¡cara…! Te cogí mansita, pensó. Me encargo de ti en cuanto salga. Te velo y te atrapo.

Buscó las mazorcas, siempre haciéndose la distraída y la ausente para que la vigilada ni sospechara que ella la tenia fichada. Toda la compra la realizó con precisión relojera para que su plan no se le hiciera cuadritos y con un ojo puesto en la aprendiz de bruja. Salió del mercado con solo un paquete, por lo que le llevaba ventaja a Marimechi que se acercaba contoneándose a la acera de la sombrita con sendas jabas rebosantes de mazorcas y mangos a más no poder.

Acercó su paso, y le cayó al lado,

¿Y qué Marimechi?, ¿cómo te lleva la vida?

La rubia hermosota y simpática de nombre tan divertido y escasos veinte años, mostró cierta expresión de asombro-miedo, pero reponiéndose inmediatamente y con sonrisa de circunstancias le respondió

- ¡Ay Yoli, ¡que susto!, chica, na’ aquí en el forrajeo.

- Tú estuviste por el edificio anteayer, ¿no?

- ¿Yo?, no que va, ¿quién dice?

- Te vieron - mintió Yoli con cara de saber más de lo que estaba diciendo.

- Ah, si, de pasito rapidito, por eso no me acordaba, fui a recoger una ropa que me arregló Minerva.

- No, no fuiste a recoger na’ porque yo hablé con Minerva- volvió a mentir

- Bueno, Yoli, …

- Bueno , na’ y párate ahí.

- Estoy apurada ….

- ¡Que te pares te digo! - y con la mano libre, la agarró duro por un brazo de modo que a la Marimechi no le quedó más remedio que detenerse o sino adiós java rebozante de amarillo pintón y verde pelo.

Marimechi iba a empezar a protestar cuando Yoli no la dejó ni pronunciar la primera palabra y le espetó firme, serena pero muy agresiva y decidida:

- Oye bien lo que te digo Maria de las Mercedes Rodriguez y Rodriguez, agradécele a tu abuela que en paz descanse que no te de una entrada de patás aquí mismo por sucia y por puta.

- ¡oye….!, ¿estás loca?, ¿qué te pasa?

- Aquí la única loca y mosquita muerta de mierda eres tú y déjate de andar sonsacando a hombres casados que pueden casi ser tu padre, ¿me oíste?

- ¿No se de qué me hablas?

- Si sabes y mantente a raya sino quieres que te ponga la cara en alguna variante italiana que tú sabes. Y ya estas advertida. ¿estás clara?

Apuró el paso y con la mano hizo un gesto de dar por advertida y aleccionada a la Marimechi cuando ésta le gritó por la espalda:

- Oye, si Raúl te gusta te lo dejo, en un final lo mío es pasarla bien, hasta ahí, mi tía.

Yola giró en redondo como una exhalación, doble insulto por medio, que no le pasó inadvertido. Agarró a la rubia por el pelo, la tiró contra el piso y la horquetilló con sus dos brazos mientras un redesborde de mazorcas, pelos, mangos, se desplayaban por toda la calle para jolgorio de paseantes.

Después que en lo mejor del judo con un osae-comi-wasa la puso en pausa, cogió un mango maduro que se había quedado a medio andar entre la jaba y el reguero, se lo metió en la boca mientras la rubita pataleteando la arañaba a como podía y le arrancaba pedazos de camiseta de manera tal que lo de “ mírame y no me toques” parecía una harapienta advertencia necesaria , y casi la estaba ahogando cuando dos hombres llegaron corriendo al molote que in crescendo se divertía, las jalaron a cada una para su esquina, y las envolvieron coceantes en unos trapos blancos que vecinos misericordiosos habían traído para ayudar de algún modo, pero no sin antes lograr el juramento de ambas de que la pelea estaba cerrada y a tablas.

Y al son del musiqueo que venia de una casa cercana donde a todo volumen unos acordes estridentes marcaban algún ritmo horripilante y letánico con voz gutural y cuasi analfabeta …

“ y la gata revolcá se suelta y no pasa ná’… Y ná... y ná… y detente que se va”,

cual coda casual y oportuna, las dos contrincantes enfilaron cada una por su lado prometiendo con miradas taurinas una segunda parte.

El colofón lo puso un viejo de voz aguardentosa que había cogido platea en el performance:

Caballero, y después dicen que los negros… que par de blancas estas más buenototas… si las cojo… las hago amiguitas…!jajajaja!

y con esta frase aparentemente inconclusa pero de abarcador subtexto, el ruedo se fue dispersando entre risas, exclamaciones y algún que otro mango pisoteado y escapado para siempre a un destino callejero.

En estos precisos instantes Raúl tocaba insistentemente, a la puerta de un apartamento en un populoso barrio de la Ciudad del Mar, lo esperaban desde ayer, pero todo se le habia complicado en el último momento en casa de su amigo Ramón, mientras ensayaba una de sus mejores caras, una voz fresca y retozona gritaba ante tanta insistencia:

¡Ya voy, ya voy! … ¿quién será el desesperao que toca así? ( continuará)

7 comentarios:

General Electric dijo...

!CAT FIGHT! Variante solariega, jajajaja!!!! Tremendo vacilón. Estás apretando, rubia.... qué reguero de hembra, mango y mazorca de maiz.... Rubia, tu deberías cobrar por dejar entrar a ver estos shows aquí.. ja ja ja

La Yola me encanta... y lo del letrero fañoso estuvo genial

That was a ten!!!

saludines

Yo soy Medea dijo...

ay my general... tu as always tan charming... si las broncas alla son a camiseta quitaa

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

Medea, deliciosa estampa.

Sabes lo que me gusta? Que las mujeres se fajan de verdad y no es solo una cogía de pelos. Cuando pequeño solía ver como las niñas salían de la bronca siempre rojas y con los pelos paraos, por eso me dio por entrenar a mi hermanita –no pierdas tiempo puchi en coger a la otra por las motonetas nooooo, si se fresquea, tú le das duro por dondequiera- por suerte ella no me hizo caso.

asereG

parejanoverbal dijo...

La ceci me recuerda cada vez mas a la esposa de Denis en Decline of the America Empire...todo el mundo sabia del marido menos ella.

Yo soy Medea dijo...

Para mi generacion Asere, amigos todos las broncas entre mujeres tiras por el piso, siempre se puede poner de manera un algo poetica, y casi siempre el motivo de la bronca es un amor compartido o un ajuste de cuentas... casi siempre es gota que colma el vaso.

Para mi pppsssicologo prferido, tu sabes bien que cuando a las mujeres les da por hacerse las bobas... conozco varias que no quieren ver, no es que no vean.

Y para My General... si cobro me quedo en esa, lo mio es gratis, mi frigi, las gozaderas tienen que ser gratuitas, que sino son eventos o espectaculos. Yo conque me digan que les gusta me doy por bienpaga...

Osvaldo Cleger dijo...

Bueno... y ahora cómo continúa esto... para dónde nos vas a mover la próxima escena...

Yo te recomendaría que no te apures en hacer desembarcar la historia en los EEUU... el tono a partir de ahí tendrá que cambiar mucho y por ahora la atmósfera y los personajes que recreas pueden ser más explotados... mi modestísima opinión

saludos

Yo soy Medea dijo...

Mi querido profe... si esta historia es un chicle... se estira como no puedes imaginarte ... pero sus consejos son casi que imperativos para mi, tengo que reconocer que detras de esas sugerencias hay una autoridad en la materia historica, literaria y blogeristica. Espero no desfraudarte a ti ni a mis fans. Abarzos para ti y para todos ellos.