La historia de Cecilia Solás(27). Una blogonovela cubana

Capitulo 7
Abril 2002. Soliloquio de Magela


Ahora lo hago sufrir, lo pongo al parir, y no lo dejo ver a los niños hasta que a mi me de la gana, si me llama le cuelgo y así lo voy a tener hasta que se me olvide, si es que se me olvida. El va a saber quien soy yo. ¿Qué se cree el paseando y paseándoselas por ahí y yo aquí atendiendo la casa, los hijos, su madre que ni el mismo se la espanta. Tan bruja como es. Y si se cree que lo voy a perdonar se equivoca, se va a tener que arrodillar delante de mi y besarme el culo, si besármelo y entonces yo lo miraré como quien mira una cucaracha y le diré todo lo que tengo por dentro, desde maricón hasta que no me interesa ya, y que cuidadito con quererme buscar o hacerse el gracioso que le espanto una por la cara que lo dejo que va a tenerse que hacer un carné de identidad nuevo. Que yo estoy más sabrosa que el veinte veces. ¿Qué veinte?, veinte mil, si casi puede ser mi padre, ¿qué se creerá?

¡Ah! Y que no se le haya ocurrido no traerme lo que le pedí, ¿qué se cree él que me tiene cogida la baja porque singa bien?, el muy guanajo se cree todos los orgasmos fingidos que le hacen todas esas pelandrujas con que anda, que mira que se lo he dicho que porque le pongan los ojos en blanco, finjan que están catalépticas, o que les falta el aire, o jadeen o griten o se aguanten de los pelos o te digan “!ya, ya!, ¡no puedo mas!”, o chillen como gatas “ ¡jjjjjnnnn! …. ¡aaashhhhh! ….. ¡uuuuhhhh! o cualquier verracá de esas que nos da por decir a nosotras para hacernos las calientísimas, que todo eso es fingido para ver lo que le pueden sacar, y después decir “ ¿a qué no sabes con quien salí anoche?, o ¿a qué no sabes a quién me pasé por la piedra?, o ¿a qué no sabes con quien dormí ayer?, y claro se dan caritate, y el muy imbécil se cree que es porque es buena cama y está sabroso. ¿Y quién pone la plata?… ¡ ééééél!. ¿Y quién se gasta el billete con las guaricandillas? …. Ééééél. Tan cabronas y descarás como son todas, que el día que lo agarre con las manos en la masa …. ¡!!aaaayyy Diosito ampárame! de que lo mato lo mato y a ella, a la que sea que ya me da igual la voy a desfigurar, la voy a dejar más estrallá que una de las señoritas de Avignon, y yo con mi sonrisa giocondina le diré, esto te pasó por puta. Por puta y reputa.


Por eso si me llama no voy a salir al teléfono, si me llama me quedaré mirando al teléfono sonreídamente y voy a contar los timbrazos, cuando llegue a cien timbrazos, le contesto, pero entonces le diré que voy a salir y que no puedo hablar con él. Y voy a darle a entender que estoy aquí acompañada, para que ni se imagine que me estoy tirando a morir.

Rrrrring, Rrrrrring ……

-Oigo - voz agitada
- Oigo, Si, Jalou - voz ansiosa
- ¡Ah! Eres tú, no te conocí la voz. - voz haciéndose la que más
- Están en casa de mami - voz determinada
- Si, estoy sola - voz indiferente
- Bueno, está bien. Te espero. - voz tirando a mierda el asunto
- No me importa que me hayas traído todo lo que te pedí - voz de yo valgo mas que eso
- Chao! - voz de que voy a colgar ya
- Bueno, un beso… pero, oye… no te hagas idea. - voz de mejor que yo no hay
- Chao, chao - voz de que me da lo mismo

Si yo lo sabia, que no iba a resistir ni cuatro horas. Si lo tengo en un puño. Pero me va a oír, si, y le pondré mis condiciones. Y si quiere bien y si no también. Que más rica que yo no la hay en todo el universo.

Magela se para delante de un espejo. Necesita hablar, pero con quién mejor que con ella misma si está sola:

- Jajajaja! Yes!, yes! Yes! Timba cayó en la trampa, ya es mío. Ahora a acaballarlo. – voz de triunfadora, de creerse que tiene la sartén cogida por el mango, de que lo doblegó, le ganó la batalla, lo tiene rendido a sus pies, voz en fin de imbecil mayor, de mujer subdesarrollada, de ganadora compulsiva, de ella misma. Que ganó una vez mas.

- Como siempre, gané otra vez. Si gané, gané.

- ¡Ay Mag! Mag, ¿hasta cuándo vas a dejar que ese ego vanidoso que portas te traicione?, ¿No sabes que la sangre nuestra a veces duele menos?

Parece responderle el espejo, pero ella no oye, ella solo se oye a si misma. Y que bien le hubiera venido prestarle atención a esa otra imágen que bajo su misma apariencia, intentaba hacerla entrar en alguna razón más poderosa que la simple satisfacción de su resentido inconciente.
(continuará)