martes, 29 de enero de 2008

La historia de Cecilia Solás(48). Una blogonovela cubana.

Junio 2002.
Capitulo 11. Detrás de mi, el diluvio.

Querida Sara,

¿Incisiva?, si un poco. Un poco bastante, diría yo. Pero aquí me tienes de esclavo de tus designios. Tu eres mi dama, y yo soy un caballero. No puedo negarme a una petición así.

El arte como sabes tiene muchas definiciones y acepciones. Y a través de toda la historia desde las primeras pinturas rupestres en las cuevas de Altamira y posiblemente aun antes, los caminos del arte han sido también los caminos de los dioses y del alma humana.

Me gusta esta definición de Goethe al que tengo en el Topus Urano de mis consideraciones personales. “El Arte es el mediador de lo inexpresable", creo que por ahí anda la cosa. Claro querida Sara, si pudiéramos regirnos por definiciones y dogmas todo fuera muy sencillo, pero paradójicamente el arte entonces no tendría lugar.

Cuando se contempla un crepúsculo, hay quienes piensan en el cuadrante de la luna, el equinoccio, las mareas y la gravedad de la tierra. Otros, los poetas solo ven la luz filtrándose quizás a través de nubes etéreas, y el cielo rojo imposible bramando una despedida. Un artista de la plástica, advertiría los matices infinitos que la luz otorga caprichosamente a esa enorme paleta que es el cielo, ese espacio sideral que no se sabe hasta donde llega en donde caben todos los matices y texturas

Con Nietzsche de la mano, buscaríamos la ubicación de la embriaguez en el lugar que le corresponde. Y por ahí andaríamos incansables.

Aunque es mi opinión particular que en general, la perspectiva moral no reconoce en la embriaguez una experiencia valiosa, reemplazándola por una actitud más calma y racional. En este planteo, en cambio, admito reconocer la vivencia íntima de un desequilibrio positivo y creador, la aparición de un deseo ambicioso y con pretensiones, que no está preocupado de manera obsesiva con la moral y con la producción del bien.

Resulta claro para mi y mi credo que el artista no es el ser más moral del mundo, o bien que su moral (sus valores) son más los del entusiasmo y la generación que los de la difusión de la justicia y la bondad. En los artistas, las buenas intenciones son siempre una máscara. Y cuando no lo son las obras no alcanzan la intensidad requerida.

A veces me torno cual ermitaño y abandono toda ambición mundana hasta ser devorado por el pensamiento. Como ves no aspiro a poco.

Pero querida Sara, todo esto que te he dicho hasta ahora contrasta tremendamente con la realidad cruda. Nacimos en un país de caleseros y meretrices, donde todos cabemos en la disfonía permanente de una conga o en la paleta rojinegra de una rumba de cajón.

Tanta sangre mezclada en nuestras venas nos han hecho singulares por naturaleza, somos una raza “sata”, y así nos comportamos.

Con esto te digo, no sin una gran cuota de cínica y aristotélica sinceridad que en mi caso, el asunto es mas simple aun: en mi obra, la política tiene un lugar de primer orden, pero solo en mi obra. Sé que hay muchos artistas que viven de eso, yo no acepto entrar ni de lejos en esa danza. Y es que conozco bien las reglas del juego y se hasta donde puedo llegar. Ya se que hablaras de censuras, autocensuras y cosas así. Te presiento.

Pero te propongo algo más sano. Dejemos esto aquí. Me irrita sobremanera tratar estos temas, digamos que me obnubilan las entendederas y créeme mi querida Sarita, no he llegado hasta donde he llegado para dejarme provocar.

Aunque no lo entiendas, este gesto de escribirte y explicarte es una muestra de amor y confianza hacia ti, mi querida indagadora. Créeme no forma parte de mi naturaleza andar por estos rumbos abismales y peligrosamente intransitables.

¿Podemos pasar esta página?

A vuestros pies, su seguro servidor,
José Pablo (continuará)

sábado, 26 de enero de 2008

La historia de Cecilia Solás(47). Una blogonovela cubana.

Junio 2002.
Capitulo 11. ¿Un gallo en la cerca?

Querido Pablito, tu mensaje me ha llenado de confusiones, eres de verdad un poco enigmático… así que no te pintas como jodedor, pero te gusta vivir y gozar, y no eres solemne, aunque eres serio; de tantas partes que tiene mi cuerpo, lo que quieres es verme las nalgas, y así. ¿Podré tomarte en serio?

¡Ay Pablito!, creo que me estás tomando el pelo, pero eso no es lo que más me ha llamado la atención de tus respuestas. Es cierto que las dos entrevistas que me enviaste te proyectan como un hombre muy sensible, casi erudito y con una gran capacidad de análisis y determinación. No puedo quejarme, y de verdad que me has impresionado muchísimo. Pudiera decir que me has llenado de orgullo. ¿Pero eres sincero?, Las entrevistas impresionan, te lo acabo de decir, ¿te gusta impresionar?


Y es que en esta última carta, ¡ah!, hay un no se qué, un algo que me ha puesto a pensar. Y es cuando me dices en pocas palabras que lo político te es ajeno… o más bien no has sido ni una cosa ni otra. Ni militante, ni disidente… más o menos. Y esa posición me intriga. ¿Quién eres en realidad?, ¿Qué cosa eres?... quiero llegar al fondo de ti… ejerces una poderosa influencia en mi, pero a la vez me confundes. Como tú, un intelectual de un país tan complejo, de una isla de circunstancias malditas, de un lugar detenido en el tiempo puedes decirme que no eres ni una cosa ni otra. Tu intelectualidad ¿al servicio de que causa está?, ¿para quién produces?, ¿qué te motiva a crear?... ay Pablito me desconciertas… será posible que todo tú no seas más que un espejismo. Se que sobre el arte hay muy variadas y enconadas discusiones y enfoques arduos, y hay quien defiende el criterio que el arte no es más que un disfrute, algo que causa placer… pero en estos tiempos que corren, ¿acaso no se debe esperar algo mas que el simple goce, aunque ya solo esto no sea poco?, disculpa si puedo parecerte ignorante, pero quisiera ver en ti a un hombre más comprometido con su tiempo y sus circunstancias que con su obra. Más de la época que le toco vivir que de si mismo.

Prefiero mil veces a un artista con un sentido de pertenencia política aunque pudiera estar equivocado que a uno que lo mueven objetivos mas personales e individuales…
Ese es mi criterio personal, pero ¿cómo te defines tú?... ¡ay! si pudiera saber quién eres en realidad, que se esconde de verdad detrás de este personaje impresionante, me sentiría muy feliz, pero para serte honesta eres un misterio y créeme no lo digo para construir una frase. Ni tampoco para que suenes a hombre interesante, como me apuntas.

Quizás te parezco demasiado incisiva, pero tu última carta me ha despertado ideas que solo estaban agazapadas esperando una oportunidad para expresarse… ¿te canso mucho? No estás obligado en modo alguno a responderme, aunque para serte honesta me gustaría mucho.

Un beso, Sarita

sábado, 19 de enero de 2008

La historia de Cecilia Solás(46). Una blogonovela cubana

Junio 2002.
Capitulo 11. Todo es según el color del cristal .....

Maricón, si , maricón, maricón y remaricón. ¡Ay! si lo agarro lo capo.
La voz de Magela sonaba convincente, era la furia en dos patas, eso mismo. Y no precisamente un personaje mitológico. Se veía que lo que estaba mirando, es decir, lo que estaba leyendo en la PC de su esposísimo, la había puesto a hervir. ¿Abuela, la sangre hierve?

Con ese sentido de la intuición que tienen las mujeres inoculadas con el virus de los celos, Magela parecía poseída por el diablo. Una variante del grito de Munch en versión tropical y caribeña. Y no era para menos.

Con su habitual perspicacia había elegido el momento oportuno, había velado durante días y días que José Pablo dejara la PC prendida en un descuido para ponerse al día en las correrías de su cascabelero marido. Y lo había logrado. No era frecuente, pero a veces el sueño lo vencía de madrugada y se quedaba dormido en el sofá forrado de amarillo con floripondios azules que tenia en su cuarto de trabajo, no el del estudio, sino el de la casa. ¡Ay! si ese sofá hablara!… ¡si esos cojines pudieran chismosear! Y se iba a la cama sin apagar su cajita negra también llamada computadora, aunque él la llamara Felipota en homenaje a Moliere. Nada, “extravaganzas” de artista.

Y leyó en voz alta para remaldecirse más aun:

D’il:: RoseMarie Juillet [mailto: Rosmariejuille@francachet.com]
Envoyé: mardis , jun 13, 2002 8:15 PM
Arrête: JPo [mailto:JPabloRamirez@cubarte.cult.cu]
Sujet: Buenas nuevas

Mi José Pablo, hoy amanecí con unos deseos enormes de saber de ti, traté de llamar a tu casa pero siempre me contestó la maquina, por cierto es una voz de niña, ¿ es tu hija?. Te escribo porque me han invitado a dar unas conferencias en la Universidad de la Ciudad de los Puentes, y la posibilidad de poder verte se me ha expresado con toda claridad. La euforia es tan grande que he impreso aquellas fotos que me dejaste en tu última visita y las he colgado en la pared, así cada vez que paso cerca te beso, o te muerdo o te paso la lengua, según tenga la impronta. La de la florecita roja es la que más me gusta, no se, te da un aire de conquistador flamenco, o de putico malo. Me da igual. Te quiero como sea.

Tu Rosa más roja que la que llevas ahí… ¿ o seré yo convertida en otra flor?... ¡ojala! Besos floridos.

- Asi que Tu Rosa más roja … ¿Quién rayos será esta ahora? … y es de Francia, si, porque eso de francachet.com, huele a franchute, no puede ser de otro modo.

- Si yo lo que quiero es morirme… no, morirme no, yo lo que quiero es matarlo… ¡ay José Pablo!, deja que te agarre te voy a hacer compota de sinvergüenza. Mal rayo te parta mil veces.

Maricón, Maricón, si lo que mereces es que te coja y te cape. No espera eso seria muy sencillo, lo capo y ¿qué pasa después?, ¿quién sabe? No. Lo mato, lo mato y lo mato, así de simple. ¿Matarlo?, no… eso seria muy rápido, lo mato y ya, él al hueco y yo a la cárcel. Mejor esto. Le pego los tarros con su mejor amigo. No. Tampoco. Su mejor amigo es muy mala hoja y hasta su mujer le pega miles de tarros, eso se vería como una venganza muy tonta. No y No. Tengo que hacerle algo que se lo sienta hasta en el último pelo y que desde luego a mi no me traiga perjuicios para poderme sentar en un mullido butacón a vacilar mi obra. ¡Ah! Ya le garabateo ese cuadro de La Infanta que está pintando. Le pongo tarritos y bigotes a los personajes y lo jodo con eso. No y no y mil veces no. Eso es bobo a morirse, además ya lo hiciste en la primaria con aquel mural del 1 de Enero. Nada de repetirte a ti misma, que tú tienes mente para más y muy prodiga en disparates, que siempre ha sido tu orgullo mayor. Ya se, espero a que esté dormido y lo afeito completo, todo, y cuando se despierte parecerá un pollo congelado, pero ¿y si se despierta antes? No, eso tampoco. ¡ay! pero que maricón, maricón y remaricón … es. Ya se, se me ocurre algo mejor. Le pongo cloro al pomo de desodorante y cuando se lo eche, ¡tremenda quemazón! va a tener que andar como si fuera un aeroplano listo para despegar por lo menos una semana… No, eso tampoco. Que él es muy alérgico, capaz que se hinche completo y tenga que cargar con él para el hospital y empiezan las averiguaderas … no mejor… ya se… hago como si nada y cada vez que se me ocurra algo, ¡zas! Ahí mismo la ejecuto. Va a ser una venganza a lo chinchín… como esa canción de la Teresita que parafraseó la Charanga, será como esa lluvia que nunca acaba y que siempre mantiene el ambiente húmedo, porque mira que es maricón. Yo, todo se lo aguanto, todo se lo perdono, sus romances, sus amantes, sus traiciones, todo… pero esto de que haya enseñado esa foto, si, esa donde tiene una florecita roja enganchada en el prepucio, eso si que no se lo perdono, con que ilusión y complicidad hicimos esa foto juntos, aquel día que se iba para Barcelona, y como me juró que esa foto, y las otras eran solo para él recordarse de mi cuando estuviera lejos, que ese era nuestro secreto, un arcano más y el carnet de que éramos lo que éramos por encima de cualquier cosa. Y yo me lo creí, como siempre y ahora le ha dado esa foto a esa tal Rose Marie que vaya a saber que pata la puso y en donde…
Eso si me ha dolido, porque si algo yo no soporto es que me falten el respeto…
Y se echó a llorar desconsoladamente. Pobrecita Mag.
(continuará)

lunes, 14 de enero de 2008

La historia de Cecilia Solás(45). Una blogonovela cubana

Capitulo 11.
Junio 2002. ¿Cuántas patas tiene el gato?

Querido Pablito,
no hay nada que perdonar, sucede que fui criada con mucho apego a la religión católica, y eso a veces se me sale. Imagínate que de niña yo pensaba que lavarse, es decir, asearse era pecado, y todas las semanas me confesaba. Imagino al cura azorado. El muy HP nunca me preguntó que hacia, pero si cuantas veces… y yo le decía que todos los días… entonces me mandaba a rezar un padre nuestro y tres aves María. Lo más gracioso es que el cura era amigo de toda mi familia. Con esta historia te ilustro como soy, así que sabrás perdonarme este brote de moralismo.

Pero te digo más, lo que más me hace pedirte yo a ti humildemente perdón es haberme leído las dos entrevistas que te hicieron. Creo que eso me da la medida de la clase de hombre que eres, de tu consagración a tu obra, de tus principios, y eso condona cualquier mala impresión que pude haberme hecho de ti, ya se que no eres un hombre ligero, sino un jodedor cubano, y como jodedor isleño al fin tienes todo el derecho del mundo a ser desfachatado y hasta un poco alardoso.

No quise abrir la última foto que me mandaste porque no quiero pensar que vas a reincidir. No Pablito, no reincidas en esto, te lo pido de favor. Mira, si de verdad quieres indultarte conmigo, mándame alguna foto con tus hijos, solo así, y de acuerdo a la expresión que tengas en la foto podré torcer la desastrada opinión que tengo sobre tu condición de exhibicionista inveterado.

Le consulté a dos amigos sobre esta rara broma que me hiciste, y no hubo manera de ponerlos de acuerdo conmigo, uno me dijo que eras un encanto, la otra que eras un vacilador. Asi que opté por quedarme en el medio y ni pa’ca ni pa’lla. Eso te ha salvado de mi furia justiciera.

Te mando un sonoro beso como prueba irrefutable de mis mejores deseos que este incidente quede en el olvido. Pero por fa, no me lo vuelvas a hacer, mira que voy a pensar que me quieres tomar el pelo.

Otro beso.
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Querida Sara,
que dulce eres. Temí de verdad porque el encabronamiento fuera concluyente, pero me has comprendido y me dices que no hay nada que perdonar. Sara estamos reactivando nuestros viejos usos. Te acuerdas cuando discutíamos de niños que siempre terminábamos amigados. No había fuerza sobre la tierra que nos hiciera estar disgustados por más de media hora.

Pero eso que me cuentas está muy cómico, así que Sara es una católica cubana. Pero Sara, mi Sara (¿puedo llamarte así?) eso pasó hace mucho tiempo ya. Hoy los ritmos son otros. Suelta el velo y la vela y salte de la iglesia y aspira el mundo tal y como es, de manera natural. Y ni pienes que el cura andaba azorado por tu historia ... posiblemente sea algo peor que un simple azoro.

Broma al margen, un cuerpo desnudo es algo bello y admirable, y nunca debe ser motivo de disgusto. No lo haré más, pero créeme te envié las fotos para que me vieras como soy, para que me conocieras más, fue un gesto de absoluta emancipación, y que claro nunca había hecho con nadie antes, me salió del alma. Créemelo.

Aquí te mando una foto, ábrela con confianza, es con mi hija Leonor una tarde paseando por la Plaza Vieja.

Un beso
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Querido Pablito,
lo que sucede además del resto, es que aun no me he podido formar
una idea completa de ti, me dejas perpleja y cada nuevo mensaje es un nuevo hallazgo. Te trato como si nos hubiéramos seguido viendo todos los días de nuestra vida, es decir, con la mayor de las confianzas, y no solo por ser tú "mi primer querido amigo", sino porque te siento amigo, cercano y sincero. A veces me parece que eres como un niño. Otras te siento un hombre maduro y lleno de experiencias y vivencias que a mi me faltan. Mi vida ha sido muy estrecha Pablito, es cierto que he estudiado, que tengo un doctorado hecho, se varios idiomas, pero casi no he vivido, y por eso cualquier cosa me asusta. No se si puedas entenderme. Mientras tú, te acuerdas de nuestra infancia, me cuentas historias maravillosas de tu vida, me has entregado hasta lo que aun no has publicado, y eso tengo que decírtelo con honestidad, me hace sentirme muy feliz de tener un amigo como tú. Eso si, eres tremendo jodedor, eres un vacilador, un gozador, y eso también esta bien porque habla de ti, de tu alegría y de cómo ves la vida. Me alegra también que seas así. Pero no me mandes más fotos, y tampoco me pidas que te mande fotos desnuda. No soy así, ni cuando era joven y bonita fui así. Se que también me puedes entender.

Los otros días iba en el carro, recordándome de toda esta historia reciente y me sorprendí preguntándome a mi misma.. ¿ y como será de cierto Pablito?, ¿ será como yo me lo imagino?, ¿ que clase de tipo es?. Y no pude responderme. Me gustaría poder hacerte una radiografía espiritual pero siento que me falta mucho para llegar ahí.

Querido amigo, me ha gustado mucho la foto que me has mandado con tu hija, en la forma de mirarse ambos, se ve que se quieren mucho. ¡Ah! Pablito eres un travieso, elegiste la foto esa porque sabias que es una foto casi mágica. Desbordas amor por tu hija, se ve, y ella abrazada a ti, se ve que también tú eres su sol.

Un beso, Sara
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Querida Sara,
qué bueno que todavía no te hayas podido formar una idea completa de mí, lo que quiere decir que me rodea el misterio, sueno a hombre interesante, mmmm, qué bien para mí.
Y claro que me tratas como corresponde, con la mayor de las confianzas, y no solo por ser tu "primer querido amigo", sino porque estamos condenados a ser amigos hasta en la cena de recibimiento que nos dará Dios llegado el día, ¿o trato con una diosa, y en consecuencia inmortal?
Lo raro es que en el fondo tienes razón, a pesar de los 40 añitos, sigo siendo, como bien piensas, un niño. Y sí, tengo muy buena y caprichosa memoria, y fe en la alegría, que no solo es cosa de jocosidad, y deseo convencer, aunque poder no tenga, y también tengo dientes, y pelo, aunque una tonsura se asoma, y jodo, me gusta, y gozo, me gusta más.
Creo que en mi primera juventud me hizo salir "del trillo" una buena combinación de amor y escepticismo. Nunca fui de la juventud comunista, menos aún del partido, mucho menos de la oposición o de la disidencia. He trabajado como loco, eso sí.
Me alegro que te hayan gustado mis entrevistas. Lo hice para que conozcas algo más de mí, no solo mi rostro y mi rabo. Por cierto, también pudiera mandarte mis pies y mis manos y mis codos y mis rodillas. Porque debes convencerte rápido, no me pinto como gran jodedor, solo ocurre que me gusta la vida, y soy serio, sí, también, pero no solemne.
Lo que te acabo de insertar cumple con la finalidad de ayudarte a retratar mi alma, ya que te encantaría hacerlo, según dices. O sea, que me siento como conejo de laboratorio en tus manos. Y te confieso, yo también quisiera hacerte una radiografía espiritual, y además verte las nalgas, por supuesto.
Ahora bien, si en verdad necesitas saber con quien realmente estas tratando, el brinco es más corto. Estás tratando con lo peor.

Si, Sarita, mi hija y yo nos queremos mucho. Soy un hombre que tiene mucho amor que dar. Espero que no lo dudes.
Un beso en la punta de los labios, JP.

miércoles, 9 de enero de 2008

La historia de Cecilia Solás(44). Una blogonovela cubana.

Capitulo 10.
Mayo 2002. El peor ciego es aquel que no quiere abrir los ojos, aunque vea.

Esperó ansiosa la hora en que podía leer los mensajes sin sigilo, es decir ya eran pasadas las 11 de la noche.

Había respuesta de Pablito, ¡que alegría!, ¡que alivio! Y leyó voráz:

Sara, por Dios, no seas trágica. No es para tanto. Solo quise ser gracioso. En verdad no sé porqué envíe esas fotos que tanto te conmueven. Puedo deducir que de niños nos miramos todo, incluyo mi rabito y tu rajita. Quizás eso me dio la idea de enviártelas. Pero no puedo asegurarlo. Y me pareció que no era ofensivo para ti, que te ibas a burlar, que lo tomarías como un raro género de chiste. De imaginar por un instante que te jodería en lo más mínimo, no las mando, te lo juro por Leonor. Pero en verdad no te jode tanto, ¿verdad?

Que no te espanten mis fotos. Cuando esa parte de mi cuerpo era diminuta, no te espantaste, ¿a qué espantarse ahora? Y es exacto, lo que te mando es un cuento de niño. Dicho de otro modo, estaba actualizando tu conocimiento de mí. No hay ningún deseo de impresionar.
Y cómo vas a pensar que esas fotos no son mías. Me las tomó una amiga, ella misma las procesó, y me las dio así, con algo kitsch. A mí me resultan simpáticas, por eso quise compartirlas contigo.
Me llamó la atención que escogiera las fotos con el miembro como le llamas (yo prefiero decirle rabo a secas) en esa posición, y no las que me hizo con el tipo después de (¡ja! Te imagino punto menos que escandalizada a estas alturas del mensaje) Y menos mal que no seleccionó las que ha tomado tocándomelo y más, que eso si sería porno al pelo.
En realidad tengo mucha curiosidad por ver cómo está lo que me enseñaste hace tantos años. Para que borres las dudas sobre mi autenticidad, acabo de tomarme otra foto con mi Webcam donde aparecen mis dos cabezas. No es una foto profesional, como la de mi amiga, pero algo se ve. Y no me quité el pulóver porque hace mucho frío. Y fíjate, con frío y todo, a riesgo de que se me congelaran los güebos, ahí me tienes.

Acabo de responder una entrevista de la periodista alemana Uma Eters, y acabo de grabar una conversación con el escritor, también alemán, Chris Buchtoph Hans. Te adjunto ambas con la esperanza de que me veas desde otro ángulo, si los de las fotos no te gustaron, aunque no estoy seguro. Pienso que si te gustaron. Pero sino, acepta mis disculpas, aquí estoy arrodillado ante ti, mi egregia dama, solicitando tu más generoso perdón. Y os prometo que nunca jamás os mandare fotos de mi personaje favorito, así me lo implores anegada en llanto. ¿Me perdonas?

Aquí estaré postrado hasta oír de sus labios la palabra Perdón.
Suyo , José Pablo.

Sara no pudo menos que sonreírse, aun le resonaban las palabras de Hernán la noche anterior cuando le dijo “mañana vas a ser una mierda”, Y más aun al médico que le anuncio “Doña, si sigues así, no llegas al 2003”. Y pensó: “Sara quien eres tú para juzgar a Pablito, si Hernán te tiene la vida hecha trocitos por eso de querer que tú seas como no eres, ¿vas a repetir la historia? No seas intransigente que tú no eres la madre del Titán de Bronce, ni seas tan perfectista (*). Deja a Pablito que sea como es, ya él sabe que no te gustó. Dile que ya, que lo perdonas. Mejor, dile que no tienes nada que perdonar, que se te salió lo de monja clarisa que llevas dentro."

- Si, eso haré, pero mañana, hoy no sabría ni que decirle. Mejor me acuesto temprano.

Sentía tremendo alivio, conocía de sus raptos de exceso de moralidad, inculcados por la actitud tajante y austera de Hernán, más su crianza ultracatólica y agradeció la forma simpática y cumbanchera en que Pablito le había respondido. El no quería disgustarla. Quizás lo hizo de jodedor que es, quizás para ver mi reacción, quizás para saber como soy, quién sabe. Mañana le escribo, que no vaya a pensar que tengo complejo de institutriz inglesa.

Se quedó dormida en el acto. En realidad se sentía muy aliviada, y hasta feliz.

(*) nota del editor: esta palabra es pura invención del subconsciente fantasioso e ingenieril de Sara
(continuará)