domingo, 28 de junio de 2009

Si regresas. Un poema.


Si regresas,
pan horneado
en cama caliente,
no podría comerte, mirarte, olerte.
Fruta prohibida de patio ajeno.
Si regresas, oh Zeus no lo quieras
- no me asomes jamás a tal ventana -
precipicio en noche sin luna
galopando solitaria en un mar sin estrellas
el ruido de la noche, gomas chirriantes,
platos rotos, bocinas, alaridos, gemidos,
noche de grillos aferrados cual aretes y
hojas que entrechocan en puertas y arboles
si regresas, (si lograra hacerte volver),
si regresaras
no por anhelosa suplicante tenaz plegaria,
- Oh Dios mío haz que vuelva -
Si regresas por tus pies,
caminando, silbando,
con las mismas manos que,
en los mismos bolsillos rotos por,
deshilachados sin,
con un mendrugo de pan en el puño cerrado,
oculto.
si regresas – Padre aparta de mí este cáliz –
Cómo encontraras el camino
que la realidad borró,
no habrá lugar ni sitio ni cuerpo
regresar es un pájaro herido
que vuela desde nunca jamás.

Medea, Coral Springs
junio 2009

Imágen: Mujer, pájaro y estrella
Joan Miró Barcelona, ESP Mallorca, ESP (1893-1983)

sábado, 20 de junio de 2009

Círculos de confianza. Otra poesía de Ivis Acosta.

No es la primera vez que posteo uno de los poemas de esta cubanita que emigró con el siglo. Me gusta su tono filosófico, sus deseos de encontrar verdades y asideros. Aquí va esta que me encanta por ser muy cierta

Círculos de confianza

El miedo a la soledad,
ese miedo al vacío que nos vuelve serviles,
tolerantes,
es la causa de casi todas nuestras penas.

Círculos de confianza,
círculos de rencor
como grilletes,
esposas que nos vamos colocando.

Miedo a la libertad,
miedo al olvido,
certeza de que todo cuando hacemos
repercute a su vez sobre otras cosas
el día de mañana.

Hipotecamos el presente
en aras de un futuro
retorcido.

domingo, 14 de junio de 2009

El Arte de OdiArte


Se que lo odio. No quería creerlo. ¿Odiar yo?. Nunca había sentido semejante sentimiento aplastante en toda mi vida. Pero lo supe desde que sentí que la única manera de ser feliz seria al saber de su muerte. Es eso odio, ¿No? Y me dolí en mi misma, mucho. Sentí que había dejado de ser yo. Traté de justificarme a mi modo, hacerme entender, calmarme. Ahí seguía él. El odio digo. Fuerte y saludable. Y yo devastándome en éticas racionalizaciones. Este odio me ha dejado además un nuevo oído. No resisto las canciones que mencionan la palabra odio. Las reinvento. De ahí que odiarte se ha convertido en arte. Ni el odio es cariño, … ni te odio mas sin embargo te quiero… ni ódiame por piedad yo te lo pido. Le odio y punto. Es justo y necesario reconocerse en sus pensamientos, convicciones y sentimientos. Le odio con arte. Reinvento cada día la noticia que algún día vendrá y me anuncie su muerte. Todos los días es una obra distinta un pequeño performance con igual sentido y distinta representación. Arte sin realidad. Arte premonitorio. O di arte.