domingo, 16 de mayo de 2010

Pequeñas historias extraordinariamente cotidianas. You Got Mail.


Pequeña historia extraordinariamente cotidiana

La mujer se levanto de la cama y aun desperezándose corrió a revisar sus mensajes, ella sabe que es adicta a una cosa rara, lo sabe bien, y no lucha contra eso. Por suerte no es droga, pero ella sospecha que le esta afectando igualmente el cerebro, no ya el alma.

Tiene mas de 20 emails, algunos ofreciendo cosas, cremas y sexo, comida y maquillaje, todo ligado, como en el mercado de la vida.

Registra donde ella sabe, y si ahí esta lo que busca, un nuevo mensaje, nuevos insultos, lo que ya se va haciendo cotidiano. ¿Pero es cotidiano recibir insultos o " elogios" cada mañana al despertarse?. Sera esa otra vuelta de tuerca a su adicción. Llegará a necesitar y hasta a buscar un insulto mañanero para sentirse feliz y sosegada durante todo el dia. Ella se pregunta.

Va y para el próximo email, ay! se me olvido bloquearlo, ¿qué dirá?, total si ya casi que estoy inmunizada a las cosas desagradables. Y lo lee.

" si me das un chance te pongo a gozar que se te va a quitar la carita esa de ovejita triste que tienes, dale, embúllate, ¿qué tienes que perder a estas alturas?

Otro batacazo, preferiría flores, un poema, algo más romántico. Pero su vida no se mueve por donde ella quiere. Y se mira en el espejo y una lágrima quiere salirle a pasear por la mejilla. No hay paseo. Hay otra cosa. Algo que no tiene nombre. Y con esa triste seguridad que da la inseguridad se va para su trabajo. Otro día mas, otro foking dia más.