viernes, 28 de enero de 2011

Venganza


“Yo quiero que sufra como sufrí yo”. ¿Quién alguna vez no ha dicho esa frase refiriéndose a un amor que se nos va?. Palabras son palabras, pero son ciertas, existen, se dicen, se repiten y a veces regresan con la misma fuerza con que fueron enviadas.
Vito Corleone en el libro “El Padrino” dijo: “La venganza es un plato que sabe mejor cuando está frío”. Y claro, es una frase cargada de significado. Porque cuando ese plato se enfria, ya no hay ganas de comerselo.

Cuando hombres y mujeres ante un desamor están buscando venganza, lo que en realidad buscan no es que el otro “sufra” sino que “sienta”.O como dice esa canción de la clásica trova cubana “ ....que sufra mucho pero que no muera....”.
En realidad si se analiza un poco este sentimient lo que no tolera el abandonado o la abandonada es la indiferencia. Y es por eso que las venganzas “jamás” funcionan.

Es cierto que del amor al odio hay solamente un paso. Y ese paso se da cuando se produce el desamor del otro lado. Ese odio surge simplemente de la falta de amor. “Te odio porque no me amás”.

Por lo tanto en esas circunstancias, la venganza no es otra cosa que un intento desesperado por sacar a la otra persona de esa indiferencia que está mostrando y que tanto nos duele para llevarla a un lugar donde nosotros también tengamos un espacio, aunque ese espacio sea de odio

Hay que entender que una persona no deja a otra para volver. La deja para dejarla. Los casos de regreso existen, pero son los menos.

En un principio es probable que quien anhelaba venganza rechace tibiamente al que regresa -SI REGRESARA- , para darse algo de valor o para que sus amigos no lo critiquen, pero siempre, indefectiblemente, ese que gritaba a los cuatro vientos que jamás volvería y que dejaría que la otra parte se retuerza de amor, dolor, suplicas y hasta cólicos, termina cediendo.

No hay persona verdaderamente enamorada que mantenga un “no” ante el regreso de su ser amado, sus promesas de cambio y la posibilidad de seguir juntos.

Y entonces… ¿dónde quedó la tan anhelada venganza?
Pero ese dolor no es el peor. ¿Qué tal si al cabo de algún tiempo el que nos hizo sufrir sucumbe ante una desgracia y el abandonado se entera?, ¿Qué se siente?

Indudablemente, en momentos de dolor, abandono o desamor, el alivio lo encontraremos con el paso del tiempo dentro de nosotros mismos. Y ojala que nunca haya que arrepentirse por quererse vengar. La vida a veces nos deja lecciones muy tristes. O como dijo un sabio… “ si aplicaramos la filosofía de ojo por ojo, en un futuro todos estaríamos ciegos".

Si ha sufrido un gran desamor, si alguna vez se ha sentido miserable por el abandono, nunca acepte que usted se merece una venganza, porque según Confucio si quieres venganza cava dos tumbas.

No sucumba a la tentación, perdone, olvide si puede y sino piense que por algo Dios hizo lo que hizo. A veces el deseo de venganza si es otorgado deja un gusto muy amargo…..

sábado, 15 de enero de 2011

Jezabel La Tempestuosa

Ya quisiera yo!... la vida es misteriosa. Me dan ganas de cambiarle el nombre al blog. Pero dos razones me lo impidem.

domingo, 9 de enero de 2011

Les choses de la vie...

Una piensa que quiere a una persona por encima de todo y a prueba de todo. Un buen (o mal) día por distintas razones ese amor se troca en odio. Al tiempo por les choses de la vie y cuando se creía que ya todo era pasado perfecto - y más que perfecto pluscuamperfecto - llega una triste noticia que revive el pasado. Y ese odio se troca en angustia. La pregunta es ¿fue amor lo que pudo convertirse tan fácilmente en odio?, ¿es amor lo que regresa como consecuencia de una torcida inesperada del destino? Dios lo ampare.

sábado, 8 de enero de 2011