Junio 2002
Capitulo 12.
"me enamoré de Tut-Ank-Amen,
amante sin palabras que no
podrá contestar nunca mi carta,
amante hierático,
inmutable, ungido de ese supremo
prestigio de la Muerte...
Si lo viera sentarse sobre el último
de sus sarcófagos ,
desatar sus vendas de momia y
salir a limpiarse el
polvo de siglos...
dejaría de amarlo en el acto".
Dulce Maria Loynaz
Sara leyó y releyó el último mensaje de Pablito y se sintió ofuscada, confundida y algo irritada. Su alter ego sin dudas le estaba haciendo un conteo de protección virtual y ella lo sabia… necesitaba conversar, confrontar, vomitar y terminar con esa sensación de algo trabado en el estomago, aunque no fuera real. Miro a Hernán que dormía placidamente a su lado, se levantó sigilosa, cual alma en penas por algún castillo encantado. Y agarró el teléfono.
- Carmen, soy yo Sara. …
- Pero Sara, ¿pasa algo?,
- Nada, que tengo que hablar contigo…
- ¿tú viste que hora es?
- Si, ya se que es temprano, pero igual … mira…
- Pues para empezar habla más alto, que no te oigo ….
- Es que no quiero que Hernán se despierte y me oiga.
- A ver Sara, ¿cuál es la historia de hoy?
- Mira mejor voy para tu casa, lo que tengo que decirte no puede ser por teléfono seria interminable.
- Pero Sara son las seis de la mañana…
- Bueno chica, ¿para qué están las amigas? ¿Voy o voy?
- ¿No puedes dejarlo para después?
- No. Llego en media hora. Pon a hacer café que esto es para largo.
Se vistió a como pudo y le dejó una nota a Hernán en la mesa de la cocina diciendo que la habían llamado por una emergencia en la oficina. Y salió disparada a todo dar.
Carmen sabia que algo inusual debía pasar pues aunque tenia catalogada a Sara como persona discreta y prudente, últimamente cuando habían coincidido le había notado una exaltación extraña… un brillo raro en los ojos y una ansiedad desmedida.
Sintió el carro llegar y abrió la puerta entre extrañada y cansada. Había estado de guardia toda la noche y no había pegado un ojo, no obstante recibió a la amiga con la mejor de las sonrisas y una expresión entre azorada y comprensiva.
- Bueno, a ver cuenta la tragedia… porque algo grande tiene que estar pasando….
- Carmen es que estoy preocupada por Pablito …
- No, no, no, espera tú te has zumbado para acá a las 6 de la mañana con unas ojeras que no tienes que decirme que no has dormido, y by the way yo tampoco, para venir a hablarme de una cosa etérea, de un holograma, de un ente inmaterial que te has echado en tu vida…
- No mira Carmen es que tú sabes, tú me dijiste cuando lo de las fotos que una tenia que seguir su yo interior y que si no me había gustado eso pues debía prestarle importancia, el asunto es que ahora me escribió otra cosa que no me gustó… y…
yo creo que….
- No, si yo lo digo estás loca, ¿qué hablas Sara, ¿de qué me hablas?, ¿Cuál es el punto?, ¿a qué viniste?. Concreta.
- Mira Carmen, si te lo estoy diciendo ….el problema es este último mensaje que recibí. Yo le pregunté que si el tenia alguna ideología, vaya, muy disimuladamente indagué si él era algo o estaba afiliado a algo y si su arte se correspondía a qué y con qué.
- Y quién te ha dicho que el arte tiene ideología?
- Bueno, siempre oí…que ….
- Pamplinas, Sara, el arte es arte y punto. Pero a ti qué te importa eso, ¿Qué te importa si ese hombre es rojo o negro?, ¿a ti qué te da?, ¿ qué más te da?
- Bueno, es mi amigo, le he cogido mucho afecto, con esta relación siento que aun pertenezco a mi país. Tú sabes que a mi estar aquí me duele.
- Nos duele a todos, pero no ligues la gimnasia con la magnesia.
- Yo creo que es parte de la adaptación sicológica a …
- Ah no! Sara, que aquí la sicóloga soy yo. Ni adaptación ni pinga. Y fíjate lo que te digo, estás hecha una reverenda comemierda. Tú sabes lo que es venir hasta aquí a esta hora para decirme nada… pues lo que me has dicho es nada…
- ¿Cómo que nada?… ¿Qué tu opinas de lo que te he contado?, ¿qué tu crees de Pablito?
- Sara, ¿tú estas bien de la cabeza?, tú no conoces a ese tipo… no lo ves desde niña… ¿tú estas en tus cabales?.. que puedo creer yo de Pablito, a ver Sara contestame tú ahora...si yo se que ese hombre existe por ti... yo que voy a saber..
- Es que me hace sentirme bien, sus mensajes me dan ilusión y no quiero sentirme defraudada ni víctima de un engaño.
- Sara recapacita… tú estás mal… esa obsesión no es normal…
- Si, claro que estoy mal, pero qué quieres que haga… me siento mal, sola, inútil, lo único que me consuela es recibir estas cartas, vivo esperando un mensaje de Pablito, a eso se ha reducido mi vida… …
- Ay Sara, vieja, tú estas jodía, pero si eso te ilusiona… si te sientes bien esperando una carta ,yo qué puedo decirte. You have to do what you have to do to survive in this fucking country… y ya Sara, ya, ni una más.
- Pero Carmen.. ¿por qué me hablas en ingles? ...
(continuará)