viernes, 30 de enero de 2009
La historia de Cecilia Solás(72). Una blogonovela cubana.
Sara se quedó petrificada mirando la pantalla de la computadora, eran las tantas de la madrugada, único momento en el que podía disponer de cierta privacidad, Hernán tenía un sueño a prueba de bombas y ella podía morirse de noche que seguro él ni cuenta se daba. Aunque si se moría de día va y tampoco.
Leyó y releyó tantas veces el mensaje de Pablo que tal parecía que se lo iba a aprender de memoria, así estuvo mucho rato, tanto que tal parecía que habían pasado semanas y semanas de cuando ella le dijo que había decidido dar el viaje para ver que había de cierto en todo esto que se le había formado y que cual poderoso huracán amenazaba su estabilidad y su calma, ya de por si precaria. Y solo había pasado un día, apenas hacía tres dias le había enviado un mensaje que para ella era un lanzarse al abismo. Ir a La Ciudad del Mar, regresar, era un anhelo que la acompañaba desde el mismo instante en que nublada por el llanto casi sin ver y derrotada en lo mas profundo de sus entrañas tuvo que marcharse de su lugar. Y ahora esta posibilidad se le presentaba inmensa, serena y rodeada de una aureola de amor y dicha como jamás había imaginado.
Leyó el mensaje en voz alta tratando de interpretarlo lo mejor posible y esto fue lo que escuchó el silencio de la noche:
Mi Sara, mi Sara mía y más que mía, miísima. Claro que tienes que venir, que vas a venir, que estas aquí ya, pero ya. No te queda otro remedio, ni a mi tampoco, o nos estaremos arrepintiendo de no habernos atrevido hasta después de muertos.
Me dices que no somos libres, y en este aspecto mi querida Sara se impone una precisión. Yo soy libre, Magela y yo no estamos casados, vivimos juntos es cierto, pero es solo cuestión de tiempo. Ya todo está hablado y más rápido que un estornudo ya no viviremos juntos, solo quedan los hijos pero son aun pequeños y no pienso descuidarlos. Me tendrás todo el tiempo que estés aquí y más. Me tendrás para toda la vida. Este será el primer encuentro pero sé que no será el último, pues esa palabra está borrada de nuestro léxico. Espero que me entiendas.
Y en cuanto a ti, permíteme decirte algo. "Zorba El Griego" es una novela del griego Nikos Kazantzakis, que quiero que leas porque te va a aclarar muchas cosas que te hacen falta comprender lo más pronto posible. Quizás lo conozcas, pero de cualquier manera te advierto que es un más que extraordinario escritor que yo tengo en el cielo de los cielos, discípulo por cierto de Bergson, autor también de La Última Tentación De Cristo. Y cuando Zorba, el personaje,habla de la «full catastrophe», se refiere a la familia constituida como desgracia, como martirio, como responsabilidad mal entendida, y hasta como sacrificio que no da lugar si corta alas, si castra. Y convéncete Sara este es tu caso, y yo solo soy el Ángel que Dios ha puesto para llenar tu vida de gozo. Y claro que aún tenemos que vernos, aún falta la prueba principal, pero sé que la vamos a pasar.
No tengas miedo. Insisto, la unión a tiempo, siempre es una posibilidad, y tú no la quieres, y yo no la busco, pero está ahí como suculenta tentación, no cristiana, y eso no es que sea excitante, es que se trata de la bendición de algún dios que ha caído sobre nosotros. Tu vida es como esas viejas iglesias apuntaladas que requieren de un milagro para sobrevivir. Pues bien ya tienes el milagro. Yo soy tu milagro. Y no te estoy diciendo vieja, no me malinterpretes.
Sara tienes que venir. Ven por Dios. No se te está acabando el tiempo como dices, sino por el contrario tu tiempo comienza ahora. Te espero y te esperaré siempre.
Tuyo, José Pablo
Volvió a releerla, una y mil veces. Había algo, el tono, la transfiguración, un no sé qué, que no entendía. La carta era algo cabalística y se alejaba en cierta medida de sus expectativas.
Ladeó la cabeza y se recriminó a sí misma.
¡Ay Sara! !Hasta las cuantas, Sara!No le busques las cuatro patas al gato que puede que hasta le encuentres una quinta. ¿O el rabo del gato es una pata?, ¡ay!, loca, loca, loca…. Ya ni crees en la felicidad. Acaba de ir, no ves que como dice Pablito esto es una bendición que algún Dios nos ha dejado caer. (Continuará)
miércoles, 21 de enero de 2009
La noche. Un poema
La noche rebota
Revive la calma
La diosa dormida
furtivas miradas
No hay cielos ajenos
Ni flores, ni palmas
Tan solo la noche rebota en el alma
El hada despierta
Del sueño prohibido
Las nubes convidan
A un letargo ungido.
No hay prisas
Ni anhelos
La quietud es sabia
Tan solo la noche
Recostada al alba.
Coral Springs, 2009
domingo, 18 de enero de 2009
La Medea de Estorino. Otra visión.
OFICIO DE LA CRÍTICA
La Medea de Estorino
Osvaldo Cano
El regreso de Abelardo Estorino al terreno del mito se verificó con el estreno de Medea sueña Corinto. Con este texto el prominente dramaturgo y director se adentra en la psiquis y las motivaciones que inspiraron los actos de la heroína clásica, al tiempo que le imprime un matiz contemporáneo al relato. La primera actriz Adria Santana echa sobre sus hombros la responsabilidad de encarnar a Medea en un intenso monólogo que resulta la más reciente oferta de la Compañía Hubert de Blanck.
La historia de la hechicera bárbara que ha trascendido como la cruel asesina de sus hijos es retomada por Estorino a quien no le interesa centrarse en el filicidio. El personaje fabulado por el autor cubano se autodefine como una mujer del sur decidida a escapar del sitio al que pertenece, aun cuando para ello deba traicionar a los suyos. Deslumbrada por las riquezas del norte, manipulada por el hombre a quien ama, despreciada por sus iguales a causa de su traición y nunca aceptada por aquellos a quienes ayudó incondicionalmente debido a su estirpe extranjera, esta Medea resulta tanto una víctima como una criatura firmemente anclada en la realidad de hoy.
Entre los aspectos que distinguen al monólogo se cuenta el juego intertextual travieso e irónico que entabla el dramaturgo con Eurípides, Séneca, Anouill o Corneille. Otro elemento de interés lo constituye el diálogo que con estos autores sostiene el personaje quien se rebela en contra de su naturaleza ficcional, cuestiona a sus hacedores y enfatiza su interés por llevar una vida propia, ajena a lo pautado. Depurado empleo del idioma, fluidez, ritmo intenso, descripciones conmovedoras, son otros de los aciertos de Estorino a la hora de hilvanar un monólogo que tiene mucho que decirle al espectador de estos tiempos.
Como es habitual, el autor de Morir del cuento se encarga de llevar el texto a la escena. La puesta es sencilla y franca, sin artificios innecesarios, con una economía de medios aleccionadora. El interés del director se centra en poner en claro cuáles son las motivaciones más hondas de esta singular mujer. Razón por la que se concentra en el trabajo con una actriz de lujo a quien conoce de sobra, pues juntos han protagonizado varios de los buenos momentos de la escena cubana contemporánea.
Un ámbito escénico despojado en el cual sobresale un estrado, junto a algunos elementos trabajados con un deliberado aire de rusticidad nos ubican en un punto determinado de la geografía: el tercer mundo. Tanto el decorado como el vestuario de Eduardo Arrocha apelan a los colores severos, e incluso terrosos, en aras de ofrecernos una imagen raigal del cosmos en el que se verifican los acontecimientos. La música de Juan Piñera crea, a partir del ritmo de los tambores, una atmósfera entre actual y salvaje. A esto le adicionó el sonido del viento, impetuoso y feroz, cuya hostil e impalpable presencia gravita cual acechante amenaza. Carlos Repilado concibe un diseño de luces que sobresale por su proclividad a los climas cálidos e intensos que refuerzan el dramatismo del relato.
Adria Santana se desdobla en Medea con la facilidad que asiste a las grandes actrices. Su trabajo es depurado y de una vitalidad que no flaquea ni por un instante durante la poco más de una hora de representación. Momentos especialmente conmovedores como lo es la descripción de la muerte de la hija de Creonte le permiten conseguir verdaderas cimas dentro de una propuesta que se asienta precisamente en su talento. La intérprete –caracterizada con la peluca diseñada por Rudolf Ramírez– nos acerca la imagen de una Medea mestiza, concediéndole así otra dimensión al conflicto y aportando nuevas lecturas. La excelente faena desplegada con la voz, la respiración, la gestualidad, la máscara facial o las manos, junto a las chispeantes salidas que rompen sistemáticamente con lo serio a partir de lo cómico, devienen piedra de ángulo de su labor.
Estorino se apropia del mito con la libertad típica de los grandes autores. Como los clásicos se sirve de él para hurgar en los dilemas que acosan al presente. Medea sueña Corinto es una obra con vocación de actualidad y espíritu universal. Esos son dos de sus mejores méritos. Con este montaje Estorino da nuevamente muestras de ese vigor y longevidad creativa que ha signado su quehacer. Coherente y escrutador este espectáculo resultó un punto de mucho interés en nuestra cartelera teatral.
(Cortesía del autor). Publicado en http://www.tablasalarcos.cult.cu/tablas/oficiocritica.htm
sábado, 10 de enero de 2009
Juana Borrero, Hannah Arendt y Medea...(I)
A veces tengo la certeza de que he vivido otras vidas; de adolescente me creí firmemente que Juana Borrero la joven poetiza habanera era de algún modo mi inspiración, mi ideal romántico. Desde los 14 años el libro con sus cartas, poemas y facsímiles de su obra pictórica -, un ladrillón verde de 500 páginas - me acompañó en mi mesa de noche junto a otros libros o en el cabezal de mi cama muchos años después.
Juana siempre ha sido para mí, el misterio que me acompaña, más que Martí. Su prosa, quizás algo barroca, pero de ardoroso lirismo, y su amor místico por Julián del Casal primero, y por Carlos Pío Uhrbach después me conmovieron a través de su epistolario cargado de sentimientos nobles, ambiciosos, egoístas, avaros, es decir humanos. Su muerte temprana nos privó de un ser que pudo haber sentado cátedra en las artes cubanas. Aunque sin dudas ella es cátedra.
¿Cómo una muchacha de apenas dieciocho años, en los finales del siglo XIX, desde Puentes Grandes, - un ínfimo pueblucho de los campos habaneros, hoy absorbido al Municipio Plaza como un barrio sin más penas ni glorias – pudo reflejar un mundo tan rico, ilustrado y conocedor?, es una pregunta sin respuesta. Quizás es que exista eso que se conoce como “los predestinados”… aunque me cuesta trabajo hacerme a esta idea vana y presuntuosa.
Su impactante personalidad, junto con sus textos y su pintura de un expresionismo realista que llama la atención me han conmovido tanto, desde siempre, que para mi Juana Borrero es alguien que yo hubiera podido ser. Es alguien que yo hubiera querido ser.
Aquí el capitulo 20 de mi blogonovela que le dedique a ella hace algún tiempo. (Continuará)
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sábado, 3 de enero de 2009
Para Harold Pinter, tan dramaturgo....
El célebre dramaturgo británico y eterno rebelde Harold Pinter, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2005, murió en Londres a la edad de 78 años tras perder una larga batalla contra el cáncer. Fue un hombre prolífero, controvertido, genial y por supuesto audaz e independiente. No voy a hablar de él propiamente pues de eso ya se han encargado con mayor rigor y conocimiento toda la media mundial.
Solo quiero detenerme en este poema que escribió en el 2002 cuando estaba recibiendo la quimioterapia para contrarrestar el cáncer del que finalmente murió.
Células cancerígenas
“Las células cancerígenas son aquellas que han olvidado cómo morir”, enfermera del hospital Royal Marsden
Han olvidado cómo morir
y de ese modo prolongan su vida asesina.
Mi tumor y yo luchamos con todas nuestra fuerzas.
Una doble muerte está, espero, descartada.
Necesito ver la muerte de mi tumor
Un tumor que ha olvidado la forma de morir
y planea sustituir su muerte por la mía.
Pero yo sí recuerdo cómo se muere
Aunque todos mis testigos estén muertos.
Y recuerdo que hablaban
De tumores que les volvían
Tan ciegos y tan mudos como habían estado
Antes de que apareciese la enfermedad
Que trajo al tumor.
Es posible que las células negras se sequen y mueran
o tal vez canten alegremente y se salgan con la suya.
Se reproducen tan silenciosamente, día y noche,
que no reparas en ellas, nunca te avisan.
Si se sustituyen en el anterior poema, las palabras “las células negras” por “ las oscuras nostalgias” y tumor por “desamor” nos queda un poema tan postromántico que creo que a él le hubiera gustado. Aquí pues mi humildísimo homenaje a este hombre que supo conquistar al mundo con su talento y no con su mente.
Solo quiero detenerme en este poema que escribió en el 2002 cuando estaba recibiendo la quimioterapia para contrarrestar el cáncer del que finalmente murió.
Células cancerígenas
“Las células cancerígenas son aquellas que han olvidado cómo morir”, enfermera del hospital Royal Marsden
Han olvidado cómo morir
y de ese modo prolongan su vida asesina.
Mi tumor y yo luchamos con todas nuestra fuerzas.
Una doble muerte está, espero, descartada.
Necesito ver la muerte de mi tumor
Un tumor que ha olvidado la forma de morir
y planea sustituir su muerte por la mía.
Pero yo sí recuerdo cómo se muere
Aunque todos mis testigos estén muertos.
Y recuerdo que hablaban
De tumores que les volvían
Tan ciegos y tan mudos como habían estado
Antes de que apareciese la enfermedad
Que trajo al tumor.
Es posible que las células negras se sequen y mueran
o tal vez canten alegremente y se salgan con la suya.
Se reproducen tan silenciosamente, día y noche,
que no reparas en ellas, nunca te avisan.
Si se sustituyen en el anterior poema, las palabras “las células negras” por “ las oscuras nostalgias” y tumor por “desamor” nos queda un poema tan postromántico que creo que a él le hubiera gustado. Aquí pues mi humildísimo homenaje a este hombre que supo conquistar al mundo con su talento y no con su mente.
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