Año 2002
Capitulo 4.
No hay peor ciega que ...
Yolanda se despertó al clarear el alba y como siempre fue directo para la terraza a realizar su tanda diaria de yoga… miró a la terraza de su vecina y escuchó un canturreo y un delicioso olor a café acabado de colar,
- Ceci, Ceci ¿madrugando? ¿Y cantando?
Ceci se asomó con la mejor de sus sonrisas…
- Ven acabo de colar, ven…
- Enseguida, déjame cerrar…
Yola se dispuso a cerrar su casa para la visita matinal con café incluido, al cerrar la puerta de la casa vio a un Raúl casi huidizo bajando las escaleras. Ella no las tenía todas con él, y aunque siempre había sido muy comedida, se toparon las miradas y ella le dijo con mal disimulada molestia:
- ¡Abejón!, ¡Dios sabrá adonde esa huída tan temprano!
- Por favor, señora, deje de tenerme mala voluntad y no siembre mas marabú intrigante en mi vida.
- Si no fuera que Ceci es una santa, tú ibas a saber quién soy yo, ¡a mi no me engañas! Le dijo bajito y con cara de rabia mientras tocaba la puerta de Ceci.
Ceci le abrió más rozagante aún y con una sonrisa de felicidad digna de una propaganda de pasta dental.
- Ceci, ... mira que dicen que cuando una mujer canta temprano es que la noche fue placentera y no tienes que decírmelo, mi’ja que todo el barrio se dio cuenta de la recholata de prende el mechón que llego el apagón que hubo aquí en esta misma terraza ayer anocheciendo.
- ¡Ay Yola, ¡qué vergüenza!, ¿lo dices en serio?
- Oye Ceci, ¿acaso estoy inventando algo?
Yola sentada en el sofá de la sala y Ceci par de tazas de café en mano , y le advierte que hay más, porque hice bastante, aclara…
- Mi’ja ¿y este café al amanecer?
- Raulí se despertó temprano porque su padrino lo mandó a buscar que tiene que estar tres días por Madruga haciéndole cosas a sus santos para que nos vaya bien en el viaje y después.
- Si, lo vi de casualidad…¿Tres días?, ¿tanto?… ¿pero qué puede ser?,
- No sé, eso me dijo… y yo le creo.
- Si, si, a ti te deberían decir la gallinita ciega en vez de Ceci…
- Chica, ¿pero por qué me dices eso?, mira ayer comprobé que Raulí me ama con la misma pasión de hace veinte años, fíjate que hasta los miedos y las inseguridades las he dejado a un lado. Se que nos va a ir bien, que el futuro nos pertenece por entero y que nuestro amor es indestructible…
- Ceci… ¿qué dices?, estás hablando en serio o estás leyendo un comunicado en saludo a la templeta balconística?
- Yola, no me mortifiques… ¡ya!, él me quiere, lo sé y lo sé. ¿Qué viste ayer?
No, nada, yo nada vi… pero Sarita la del apartamento 125, me dijo que ayer eso había sido en grande en tu terraza, que se lo había contado Camelia la del edificio de la esquina, que dice que desde su ventana se ve toda tu casa… que se sentó y todo… y después dijo que ni en video había visto una película tan caliente y dijo algo así como que era de tres equis…y parece que eso de tres equis es fuerte, por la carita que puso la muy cabrona…
-¡Ay! me muero de la vergüenza…? Y quién más nos vio?
- Nadie mas, - dijo convincente mientras se quitaba una basurita o algo similar que al parece le había caído en un ojo. Yola no sabía mentir.
- Mira si los vio Camelia los vio el país entero, pero a ver, qué berracada la tuya, estabas en tu casa, con tu marido, ¿cuál es la pena?
-Bueno, esa exhibidera, ni que fuera una estrella porno… y los vecinos fisgoneando.
-Bueno, Ceci, a lo hecho pecho y mira que cara más feliz tienes hoy si hasta parece que has rejuvenecido… ¿a ti qué te importa la gente?
- A mi si, y mucho… no me gusta que piensen que yo soy…
- ¿Qué eres qué, Ceci?… si todo el mundo sabe que eres un pan de gloria y que tu marido es un punto filipino. Mira chica, si no es que eres arquitecta diría que eres boba…
- Tampoco así, Yola, él me ama… sé que me ama.. Me lo dijo y que me amaría siempre.
Todos los hombres tienen sus cosas sin importancia… ¿acaso tú marido es un santo?
- Mira Ceci, tú ya estas bastante crecidita, tú y Raúl han estado juntos mucho tiempo, y todo eso está muy bien, pero si por lo que pasó ayer que es lo más común entre marido y mujer tú te pones así…mira, te digo, espabílate Mariana… si a tu edad porque te jamaqueen un poco, te estás creyendo que te aman, tú, no tienes remedio.
Yola palo porque bogo y palo porque no bogo… ¿qué me quieres decir?
y dale ven, vamos para la cocina que esta conversación merece otro buen café.
Raúl tenia que estar en Madruga, antes de las doce… ¡ah! si, lo de Madruga era cierto… tenia que despedirse de su padrino, que le tiraran los cocos, los caracoles, que le hicieran un buen despojo, darle de comer a Orula y ver que hacía con los santos que no podría llevarse…. eso si lo preocupaba un poco. Si, lo de Madruga era cierto, era un viaje en el día, es más ya a las cinco debería estar de regreso… Raúl no había mentido, no… lo único que un viaje de cinco horas lo iba a convertir en un viaje de unas ciento veinte horas.
Raúl era de esos seres que siempre contaba las historias a su modo, de manera que la verdad absoluta solo la tenía él. Eso lo hacia sentirse más seguro y además a quién le importa la verdad, si no hay nada más parecido a una verdad que una mentira bien contada… esa era su idea de este asunto.
Y así iba entretenido, congratulándose de su buena suerte y sagacidad cuando ya a punto de montarse en el ómnibus que iba a dar inicio a la jornada de despedidas se encontró con su amigo Ramón, al que no había visto hacía muchísimo tiempo… ( continuará)
4 comentarios:
oyeme como ha progresado esto...!
hacia rato no pasaba por aqui.
Que bueno sería que luego de enterarse del chisme, la Ceci le diera un chance al barrio y cada noche después del cañonazo, se armara la gozadera...
Me gusta ese personaje de la Yola... y por la desenvoltura con que habla me imagino que está bien buenotota… de chorcito corto… y bajichupa Yo creo que más que poner función para el vecindario todas las noches, lo que debería hacer la sonsita de la Ceci es darse cuenta de que hay un show andando más allá de las persianas… ¿Y qué tal si para la próxima noche es ella quien se pone a rescabuchar al vecindario y nos pasa revista de lo que está pasando en los otros apartamentos de la barriada? A lo mejor le da hasta por comprarse un telescopio como a Sergio en Memorias del Subdesarrollo… ¿con qué se tropezaría ese telescopio mientras peina el vecindario…? Rubia, ponte a escribir
si me siguen complicando la historia en La Habana mas nunca montan el avion la Ceci y el Rauli... y tengo unas ganas de que lleguen a esta orilla... todavia me faltan las despedidas del Rauli... y mi frigi, sabes bien porque si, lo sabes, que en un vecindario en La Habana a cualquier hora puedes ver los fogones apagados y los reverberos prendios ...
acere la Ceci esta que el marido la tiene intoxicada y difusa... no se nota?
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