Julio 2002
Capitulo XVI
“El amor es muy importante en la pintura, cuando se
está pintando, enamorarse de un paisaje como de una
mujer garantiza el éxito.¨
Tiburcio Lorenzo
José Pablo se recostó a la baranda del balcón en su estudio. Le gustaba limpiar los pinceles y tomarse un trago, - preferiblemente del patio- un aguardiente “Santero” con unas gotas de limón. Excelente para relajar después de una ardua jornada. Bebida muy sana, le había dicho un mulato de voz grave, - venerable en sus años - en un bar de los convulsos y grises 70’s. Y hasta hoy.
Lo que él llama el gran fresco de su vida, ahí, delante y cogiendo forma. Un mural enorme de la visita de la Infanta Eulalia a La Habana a principios del año 1893, en plena pre-guerra y que fuera posteriormente documentado por la misma Infanta en un libro antológico, que no viene al caso mencionar. Un muralazo con toda la intencionalidad de un pintor que sabe lo que se trae entre manos. .
José Pablo es un artista emocional, de rasgo, de eso que hay quienes llama la impronta, o más en cubano, la mismísima suerte de ser como soy, ¡y que se jodan los que no me entiendan!
Porque José Pablo es un humanista sin dudas, de ahí que su frase preferida sea: "¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio " Albert Einstein. Tremenda combinación que habla que sus dos lóbulos frontales compiten entre sí. El, un demiurgo, un actor de la escena universal ha sentido siempre más que adoración por el científico judío, y por eso, en parte, se había decidido a pintar este mural, ya con vida propia.
Para cualquier admirador plano, de esos que miran un cuadro sin más afán que la plenitud o la planitud, hubiera avisorado o mal visto cuatro planos. Pero como de eso se trata, de tanta planicie pues vamos a dar rienda suelta al impulso de pintar, o mejor de hacer y de no decir, o de decir sin decir, sugiriendo, embarrando.
El gran fresco de “La visita de La infanta”, no es más que un pretexto; realmente José Pablo aspiraba a fabular sobre la siempre puta vida de La siempre fiel Isla y sus consecuencias, pero él era un pintor, un artista de la plástica, aunque hoy por hoy poca diferencia hay entre un texto y un lienzo, el se cuidaba, ¿y por qué? ¡ah! porque la vida con esa desmedida vocación de acordeón, no iba a aplastarlo, a comprimirlo, !Oye vida, si tienes vocación de fuelle, no la cojas conmigo!, ¡¡eh!!.
Miró al lienzo desde el balcón, un impresionante mural de 10 x 6 metros, donde todo cabía. Y trabajo que había costado armarlo.
La banda académica, en primer plano, anunciaba la llegada de una preciosa rubia: Doña Eulalia María Francisca Margarita Roberta Isabel Cristina De La Piedad De Asís De Paula Infanta De España al puerto de La Habana, vestida de blanco, azul y rojo por puro contraste con tanto oro y sangre de la bandera de todas las Españas. A su lado aunque a prudencial distancia don Anton Mari Lois Philippe Jean Florence Prince d’Orléans et de Borbón, su casquivano esposo y oportunista primo, y un poco más hacia atrás, su joven dama de compañía, vestida de verde y carmelita, al parecer zurda porque tanto el abanico copia de los de Chartrand y algunas flores descansaban en este lado, con un picaresco lunar algo abultado encima del labio hacia la izquierda; y flanqueando a la dama, un hombre con aspecto juvenil y jovial aunque ya maduro cargando libros y mamotretos y con un aire entre intelectual y bailador de tablaos. Por su porte un sevillano, sin dudas, con mezcla de árabe, de ahí el pelo rizado, labios carnosos y piel cetrina. Los gestos, ademanes y maneras de estos cuatro personajes estaban tan perfectamente delineados que más parecían retratos hechos por Juan del Rio en los comienzos del siglo XIX. Todos parecían dibujados con mano de ángel y siguiendo las más estrictas pautas del rigor académico.
Le seguía una segunda banda, mezcla de la llamada vanguardia con los llamados contemporáneos y consistía mayormente en el pueblo que jubiloso recibía a su infanta, en extraña, disonante y premonitoria visión se mezclaban campesinos, vagabundos, chismosas, actores, mironas, trabajadoras de fabricas, chinos culíes, floristas, meretrices, vendedores de frutas con canastas de mangos, piñas, guayabas. Y en medio de la muchedumbre, rutilante como mecías, enigmático y majestuoso un negro vestido de blanco, descalzo, con collares, y un sombrero también blanco cubriéndole la cabeza, con los ojos cerrados y las manos abiertas como recibiendo. ¿Un homenaje a Lam? … quien sabe…una travesura, eso si, un algo inexplicable que rompía con el conjunto al mejor estilo del distanciamiento brechtiano o mejor del Verfremdungseffekt para hablar con propiedad. Un aire del pop plano donde se podía oler la huella de Raúl Martinez con visos de Raunchberg y Warhol. Y un cierto misterio donde se podía casi que aspirar el perfume lingüístico de un Fidelio Ponce, del que es fiel admirador.
La tercera banda sin más: el paisaje del puerto y la entrada a la Bahía, majestuosa y límpida, - genial fabulación per se – cual telón espectacular. El Morro y la Cabaña claros y visibles y a la vez diluidos, donde se podía percibir las huellas de un Gil García y un Tiburcio Lorenzo. Y para tocar a otro santo de su devoción, por encima de los emblemáticos fortines, se alzaban unos mogotes pinareños, en tácito homenaje a Jorge Mañach.
Y la cuarta, ya en medio de un cielo azul limpísimo se sobreponían entre nubes cual basureros al mejor estilo de Tomás Sánchez, catedrales místicas de Gomez Peralta, balsas de maderas que remedaban a un Kcho proselitista y ambiguo y unos capitolios a mal traer que quien sabe que aberrante asociación anticipaban.
El conjunto monumental impresionaba y cada detalle estaba tan bien pensado y compuesto en el lienzo que más que un cuadro parecía una novela pincelada.
No obstante el día no había sido fácil, aunque había adelantado mucho y ya se podía decir que la obra estaba en su fase final. Tomó un papel en sus manos, se sentó en el sillón en el pequeño balcón y leyó nuevamente la carta previamente impresa de Sara. Esta Sara se le rebelaba de algún modo, ¿qué le pasa a esta mujer?, se preguntó en voz alta. ¿Qué quiere?. Pensaba en contestarle de manera definitiva para que se diera cuenta que no tenía opción. O eran o eran. Así de simple. No hay camino alterno.
Se dirigió nuevamente al entramado, buscó una de las partes donde se veía el mar azul al borde del gran muro, un pequeño lugarcito virgen, quizás salvaguardado así a propósito; se saco el rabo y le echó una buena meada al lienzo. Después suspiró aliviado. No hay nada mejor que orinarse en el Malecón de La Habana (continuará)
martes, 27 de mayo de 2008
lunes, 26 de mayo de 2008
Nuevo estreno de Teatro en Miami Studio el 30 de mayo
¿Puede el desamor corromper un alma buena?, ¿el vicio del egoísmo y las amargas verdades pesan más que la virtud y el amor? ...
Don Ernesto García y su mágica tropa nos enfrenta una vez más a la vida, a la dura vida, al vacío de la vida… a la agonía en vida que solo alivia la muerte cuando de vida mal vivida se trata…
Puedo oír el reloj.
Oír su ahogado tic tac
Entre las sombras.
Así noto la única existencia,
la dual permanencia de pasado y futuro,
El golpe de las ruedas metálicas.
Escucho al animal contar el tiempo,
devorando el silencio con su canto ritual.
Sé el crujir de su armadura,
sé el enigma de su toque sobrio
y en todos los rincones se escucha la fanfarria.
Clip de Clip de Clap.
Clap de Clip de Clap
Estreno Mundial – Mayo 30
Funciones Viernes y Sábados 8:30 pm
**********************
Teatro en Miami Studio
2500 SW 8 St (Segundo Piso)
305. 551.7473
Llamar para reservaciones
Aforo Limitado
Nota: Pinchen en la imagen para ir al sitio de Teatro en Miami Studio
miércoles, 21 de mayo de 2008
Me he robado un poema de Tu Miami ....
El del tiempo
–¡Ey! ¿Quién eres?
–La medida de todo.
–¿Y qué haces?
–Responder todas tus preguntas.
–¡¿Todas?!
–Sí. Haz una, la que gustes.
–¿Qué hago aquí, en este vericueto metido?
–Fue tu elección.
–Sí, pero ahora, qué hago. ¿Cómo salgo de aquí?
–Conmigo, saldrás conmigo.
–Sí, pero ¿saldré bien o mal?
–Créeme, no tiene la menor importancia.
Luis Soler
–¡Ey! ¿Quién eres?
–La medida de todo.
–¿Y qué haces?
–Responder todas tus preguntas.
–¡¿Todas?!
–Sí. Haz una, la que gustes.
–¿Qué hago aquí, en este vericueto metido?
–Fue tu elección.
–Sí, pero ahora, qué hago. ¿Cómo salgo de aquí?
–Conmigo, saldrás conmigo.
–Sí, pero ¿saldré bien o mal?
–Créeme, no tiene la menor importancia.
Luis Soler
jueves, 15 de mayo de 2008
De pares y parejas y parecidos.
Pues resulta que mi querido doctor del blog Pareja No Verbal y esta humilde servidora llamada ¡jajaja!.. Medea, tienen una muy buena relación blogera, post que PNV saca al éter, post que yo leo y comento si la inspiración me da. En este caso algo le comenté en su último post y a resultas pues me ha hecho una disertación que por interesante y afín al tema de mi novela pues la publico integra.
Aquí va:
“La relación con el amor, Medeinha, es peculiar y relativa no solo a cada persona sino a cada pareja. Hay veces que solo existe en 1 o 2 relaciones en la vida de una persona. Hay veces que nunca resulta, y es triste. Te recomiendo la muy conocida historia de Raymond Carver "De lo que hablamos cuando hablamos de amor" (what we talk about when we talk about love) en la que el personaje central se pregunta acerca de la esencia del amor, de si es un sentimiento puro y eterno, como el amor de Dios, o si es algo mutante y efímero, como el sentimiento en los humanos... Cómo es posible, se pregunta el buen hombre en medio de una borrachera gigante, que ayer amábamos a alguien a morir y hoy amamos a otra persona de igual manera a la que también podríamos dejar de amar más adelante y así sucesivamente... ¡¿Qué bolá con el love?! , es su pregunta esencial. Y yo estoy seguro de que si has amado, solo que ha cambiado o ha pasado y entonces miras atrás y dices "!nah!, no era amor", en cuyo caso estas en una posición absolutista, jodida de bancarse. Y si, tienes razón, muchas veces el amor se va a la lona porque alguien pierde el respeto por el amor mismo y por la otra persona.
Ayer mismo, mientras veía a mi pareja favorita con quienes llevo trabajando casi 3 años, les hablé de esto. Realmente han mejorado mucho desde la primera vez que vinieron en la época en que el la agarraba por el pescuezo y la levantaba en peso en medio de las diferencias que discutían. Pero, hemos caído en el tema de la falta de deseo sexual.
Esta pareja no puede hablar de forma respetuosa. Se dicen "fucking idiot" el uno al otro como la cosa más natural del mundo, y esa es solo una de las cosillas más suaves que se dicen.
Ayer, se lanzaron el uno al otro ese tipo de cosas y, de pronto, como para sustentar sus respectivos puntos, me soltaron ambos "… pero dr., póngase ud. en mi lugar y dígame si no tengo razón...". Mi respuesta fue - algo malhumorado-, "si yo me pongo en el lugar de uds, yo no estaría en esa relación... ¿por qué iba a aguantar tanto maltrato, tanta falta de respeto, tanta humillación...por qué?".
Los paré en seco. Ellos, que son como dos trenes de carga y hay veces en que no puedo decir ni media palabra en medio de sus peleas, esta vez hicieron silencio total. Estaban choqueados. Cuando comenzaron a hablar, lo hicieron con dolor y buscando esperanza..."pero hay muchas cosas que yo amo en mi esposa..." , dijo él. Y eso pasa siempre que los aprieto un poco. Aparece la esperanza del cambio pero luego se resisten a hacer lo que han de hacer para cambiar. Son perseverantes, eso si.
Y ahora yo, Medea, yo me pregunto y le pregunto al doctor … ¿Y para qué sirve un amor así?
Aquí va:
“La relación con el amor, Medeinha, es peculiar y relativa no solo a cada persona sino a cada pareja. Hay veces que solo existe en 1 o 2 relaciones en la vida de una persona. Hay veces que nunca resulta, y es triste. Te recomiendo la muy conocida historia de Raymond Carver "De lo que hablamos cuando hablamos de amor" (what we talk about when we talk about love) en la que el personaje central se pregunta acerca de la esencia del amor, de si es un sentimiento puro y eterno, como el amor de Dios, o si es algo mutante y efímero, como el sentimiento en los humanos... Cómo es posible, se pregunta el buen hombre en medio de una borrachera gigante, que ayer amábamos a alguien a morir y hoy amamos a otra persona de igual manera a la que también podríamos dejar de amar más adelante y así sucesivamente... ¡¿Qué bolá con el love?! , es su pregunta esencial. Y yo estoy seguro de que si has amado, solo que ha cambiado o ha pasado y entonces miras atrás y dices "!nah!, no era amor", en cuyo caso estas en una posición absolutista, jodida de bancarse. Y si, tienes razón, muchas veces el amor se va a la lona porque alguien pierde el respeto por el amor mismo y por la otra persona.
Ayer mismo, mientras veía a mi pareja favorita con quienes llevo trabajando casi 3 años, les hablé de esto. Realmente han mejorado mucho desde la primera vez que vinieron en la época en que el la agarraba por el pescuezo y la levantaba en peso en medio de las diferencias que discutían. Pero, hemos caído en el tema de la falta de deseo sexual.
Esta pareja no puede hablar de forma respetuosa. Se dicen "fucking idiot" el uno al otro como la cosa más natural del mundo, y esa es solo una de las cosillas más suaves que se dicen.
Ayer, se lanzaron el uno al otro ese tipo de cosas y, de pronto, como para sustentar sus respectivos puntos, me soltaron ambos "… pero dr., póngase ud. en mi lugar y dígame si no tengo razón...". Mi respuesta fue - algo malhumorado-, "si yo me pongo en el lugar de uds, yo no estaría en esa relación... ¿por qué iba a aguantar tanto maltrato, tanta falta de respeto, tanta humillación...por qué?".
Los paré en seco. Ellos, que son como dos trenes de carga y hay veces en que no puedo decir ni media palabra en medio de sus peleas, esta vez hicieron silencio total. Estaban choqueados. Cuando comenzaron a hablar, lo hicieron con dolor y buscando esperanza..."pero hay muchas cosas que yo amo en mi esposa..." , dijo él. Y eso pasa siempre que los aprieto un poco. Aparece la esperanza del cambio pero luego se resisten a hacer lo que han de hacer para cambiar. Son perseverantes, eso si.
Y ahora yo, Medea, yo me pregunto y le pregunto al doctor … ¿Y para qué sirve un amor así?
martes, 13 de mayo de 2008
Gracias a Laz, he recibido otro premio
Muchas gracias por este premio compartido que me honra, mucho, mucho, mucho al lado de otros bloguers que admiro y quiero. Pinchen en el título para más detalles.
Pero que cómico, además hay que contestar algunas preguntas! … pues … ¡aquí va!:
• un número: 21
• un libro: !Son tantos!.. pero va uno.. “La insoportable levedad del ser” de Milán Kundera.
• Una obra de teatro: “ Morir del Cuento” de mi adorado Abelardo Estorino. Y no admito réplica.
• una canción: Me la pusieron en China, pero aquella de la vieja trova que dice "Si me pides el pescao’ te lo doy…” , tiene un qué se yo, un no se qué. Bueno hablando en serio…esa otra de “ las penas que a mi me matan… son tantas que me atropellan…”, me gusta porque me identifica… o esa otra de Alejandro Sanz… “ te lo agradezco, pero no…”
• una comida: Pues un buen seviche, con un buen vino. Aunque parezca un entrante.
• un postre: Torrejas y que me mate el colesterol.
• un lugar: Jazz Habana, en Paseo y Primera, justo al frente del Meliá Cohíba.
• una película: ¡Otra vez!... son varias, pero “El Encanto del Regreso” no puede faltar.
• 4 x 7: ¿¡Qué trampa es esta!?, no se, no se, no se….
• un momento del día: antes de dormir
• un momento de la noche: Antes que amanezca…
• ¿Blog, foro o chat?: Los blogs, siempre y mil veces. No resisto chatear.
• ¿te has sentido alguna vez acosado virtualmente?: Never, ever como dijo Clinton cuando le preguntaron si había tenido sexo con la becaria.
• 3 x 8: 24, si!!! 24 x segundo. Me trae recuerdos varios…
• un referente en tu vida: Mi padre.
• un referente histórico: Cuba 2002, cuando entendí que nada tenía sentido. La historia detras de la historia...
• ¿un café?: Ya me gusta a lo "americano" con crema pero sin azúcar, pero también sigo tomando el expreso, Starsbucks: Caffé Latte, Machiato Caramel… siempre un buen café ayuda a vivir.
• Proyectos inmediatos: Como dijo Martí… “ en silencio ha tenido que ser…”, muchos y buenos y felices, y que Dios me siga ayudando…
• ¿eres feliz?: Me estoy leyendo un libro que se llama “La auténtica felicidad”, de Martin Seligman, según el libro no soy feliz, pero me considero una persona feliz, aventurada y con muchos deseos de vivir… ¿para qué más?
• ¿te atreves a decir tu edad?: No way, qué mujer, mujer dice su edad así… tan fácilmente… ¡no!, eso no es importante… ¿no creen?...,parezco de 40, no es mucho... pero asi es.
• ¿Algo más?, pues si… le doy las gracias a mis amigos blogers, a esta extraordinaria oportunidad de replicarse que es la blogosfera; a la blogostroika, concepto acuñado por mis Aseres de Generación Asere y que ya está dándole la vuelta al mundo; a todos los blogers cubanos donde quiera que estén, que nos hemos hecho amigos por siempre y para siempre; A Yoani Sanchez por ser tan valiente y a esta enorme dicha de haber nacido en Cuba… a pesar de los pesares.
Nota: Faltan los 6 Me gustan y no me gustan. Lo dejo para otro momento.
miércoles, 7 de mayo de 2008
La historia de Cecilia Solás(61). Una blogonovela cubana.
Julio 2002.
Capitulo 15.
Llueve y mientras yo busco tu imagen andando
Llueve pero no estás tú ya conmigo
Llueve más no importa pues quiero recordar
Que en un dia de lluvia te dejé marchar …
Canción Llueve
De Massiel
Después de leer y enviar el mensaje Sara se sintió bien. Muy bien. Afuera llovía y tronaba, una de esas típicas tormentas del verano floridano, el agua caía con saña sobre los ventanales, llamando con minúsculos toques de urgencia. Creo que estoy volviendo a mí, así se dijo y algo como una paz y la seguridad que siempre acompaña la embargaron. Su adicción a recibir los mensajes de José Pablo la habían sacado de su esfera. Tenía demasiados problemas en su vida para voluntariamente echarse uno más. Pablito por lo visto tenía algún trastorno, ella no sabía si era de la personalidad, traumático, hormonal o qué. Pero algo no encajaba. Sara casi nunca se equivocaba, tenía algo asi como un sexto sentido para ver en el adentro de las almas humanas. Se diría que es intuición, pero no, no solo eso. Había más. No vamos a hablar de poderes mágicos o sentidos extrasensoriales. Algo fallaba en su relación con José Pablo, por eso se alegró de poder escribirle esta carta que aunque rebozante de amor, si dejaba sentado bien claro como ella pensaba. ¡Qué tanto cuento ni tanta historia!, si Pablito era un corrupto o un maniático sexual o un desaforado, a ella que le importaba, pero eso si no iba a desgraciarle su vida.
Bastante tenia ella ya con vivir en un país extraño y simular que había nacido en él. Ella no necesitaba un tipo siquiátrico más a su alrededor, por muy encantador, culto, aliterado, magnánimo, erudito, intelectual que fuera, era un focking retrasado mental y ella estaba harta de torear estupideces por aquí y por allá, que ya para estúpido con Hernán y su tohalla bufandera arrabalera tenía bastante, y con su oficina llena de bitongos yuppies y con toda su vida con vocación de acordeón para tenerla en un fuelle constante. No y no y mil veces no.
En esos soliloquios andaba cuando recibió una llamada de su hermana diciéndole que nuevamente habían dejado al viejo en el hospital, que estaba muy mal y que la vieja no hacia más que llorar. ¿ves? se dijo asímisma, ¿te das cuenta?, no puedes con todo y encima te escribes con alguien que te lleva de sobresalto en sobresalto. Tú no estás para eso, concéntrate en lo tuyo, tus hijos, tu familia, tu trabajo, Hernán, y olvídate de lo demás. Ya tu tiempo se acabó, compréndelo.
Comenzó a llorar, a veces tenía miedo de estarse volviendo loca o de que algo malo le pasara a ella o a su familia. Estaba muy deprimida pero no lo sabía. Indefensión aprendida, eso tiene su nombre aunque lo supo mucho después. Tantos años de inmovilidad crean la sensación que no se puede con el mundo, que todo es una carga y con semejante agobio, ¿cómo pensar bien?, ¿ dónde encontrar sosiego?, ¿qué hacer con tanta infelicidad crecida en leguas y leguas de trigales?
Lloraba que daba pena, cada vez que su frágil mundo sufría un vaivén ella sentía que se moría. Y los días pasando y la premonición del médico gravitando como una espada de Damocles. A veces le gustaba no tomarse en serio, jugaba con ella misma a que todo era una broma, un chiste y que ella no era ella sino una impostora. Esa idea la tranquilizaba por un rato. Pero bastaba una gota de rocío, una brizna de hierba, una mariposa posada en una flor campaneante para que todo se volviera humo y ceniza.
Hernán entró en el cuarto justo cuando la lluvia arreciaba, lagrimas y lagrimas en torrente le atravesaban la cara congestionada y casi deformada por tanto llanto.
- ¿ Qué tienes?
- Nada, mi hermana llamó que papi esta grave otra vez …
- Tú sabes que ella siempre exagera.
- ¿Pero cómo saberlo?, él está malo, muy malito, eso no es nuevo
- Si, y está ingresado una semana y sale y así. Tienes que ponerte dura.
- No puedo, no puedo ponerme dura
- Pues tienes que poner de tu parte, o te vas a enfermar
- ¿Más?
- ¿Qué quieres decir?
- Nada, que me siento mal y ojala no hubiera tenido que irme de mi país
- ¿Qué dices?, ¿estás loca?, ¿te imaginas como estaríamos allá?, ¿no piensas en tus hijos?
- No es eso… te juro que no es eso… no me entiendes… te juro que no es por eso… es que yo…
- Si es eso… y no me jures… fíjate lo que te digo Sara… para estar conmigo hay que echar pa’lante. No quiero una carga pesada a mi lado.
La conversación enmudeció, o mejor fue masacrada a mansalva. Un mazaso contundente. Un disparo al pecho. Un golpe bajo. Un desamor. Una vez más la arrogancia se había impuesto. ¿Qué más?
La lluvia arreció. De pronto como mil diminutos tornados se arremolinaron en las ventanas todas, golpeándolas, haciéndolas crispar, llamando la atención. Gritando a su modo. La lluvia cayendo en la ventana, ruidosa, desafiante y el cielo para no quedarse atrás se tiñó de púrpura, de plateado, de gris. Y el ruido… ese ruido… es ruido… ¿o es otra cosa?
¿Por qué la lluvia será tan histérica? … debe ser porque es mujer.
Capitulo 15.
Llueve y mientras yo busco tu imagen andando
Llueve pero no estás tú ya conmigo
Llueve más no importa pues quiero recordar
Que en un dia de lluvia te dejé marchar …
Canción Llueve
De Massiel
Después de leer y enviar el mensaje Sara se sintió bien. Muy bien. Afuera llovía y tronaba, una de esas típicas tormentas del verano floridano, el agua caía con saña sobre los ventanales, llamando con minúsculos toques de urgencia. Creo que estoy volviendo a mí, así se dijo y algo como una paz y la seguridad que siempre acompaña la embargaron. Su adicción a recibir los mensajes de José Pablo la habían sacado de su esfera. Tenía demasiados problemas en su vida para voluntariamente echarse uno más. Pablito por lo visto tenía algún trastorno, ella no sabía si era de la personalidad, traumático, hormonal o qué. Pero algo no encajaba. Sara casi nunca se equivocaba, tenía algo asi como un sexto sentido para ver en el adentro de las almas humanas. Se diría que es intuición, pero no, no solo eso. Había más. No vamos a hablar de poderes mágicos o sentidos extrasensoriales. Algo fallaba en su relación con José Pablo, por eso se alegró de poder escribirle esta carta que aunque rebozante de amor, si dejaba sentado bien claro como ella pensaba. ¡Qué tanto cuento ni tanta historia!, si Pablito era un corrupto o un maniático sexual o un desaforado, a ella que le importaba, pero eso si no iba a desgraciarle su vida.
Bastante tenia ella ya con vivir en un país extraño y simular que había nacido en él. Ella no necesitaba un tipo siquiátrico más a su alrededor, por muy encantador, culto, aliterado, magnánimo, erudito, intelectual que fuera, era un focking retrasado mental y ella estaba harta de torear estupideces por aquí y por allá, que ya para estúpido con Hernán y su tohalla bufandera arrabalera tenía bastante, y con su oficina llena de bitongos yuppies y con toda su vida con vocación de acordeón para tenerla en un fuelle constante. No y no y mil veces no.
En esos soliloquios andaba cuando recibió una llamada de su hermana diciéndole que nuevamente habían dejado al viejo en el hospital, que estaba muy mal y que la vieja no hacia más que llorar. ¿ves? se dijo asímisma, ¿te das cuenta?, no puedes con todo y encima te escribes con alguien que te lleva de sobresalto en sobresalto. Tú no estás para eso, concéntrate en lo tuyo, tus hijos, tu familia, tu trabajo, Hernán, y olvídate de lo demás. Ya tu tiempo se acabó, compréndelo.
Comenzó a llorar, a veces tenía miedo de estarse volviendo loca o de que algo malo le pasara a ella o a su familia. Estaba muy deprimida pero no lo sabía. Indefensión aprendida, eso tiene su nombre aunque lo supo mucho después. Tantos años de inmovilidad crean la sensación que no se puede con el mundo, que todo es una carga y con semejante agobio, ¿cómo pensar bien?, ¿ dónde encontrar sosiego?, ¿qué hacer con tanta infelicidad crecida en leguas y leguas de trigales?
Lloraba que daba pena, cada vez que su frágil mundo sufría un vaivén ella sentía que se moría. Y los días pasando y la premonición del médico gravitando como una espada de Damocles. A veces le gustaba no tomarse en serio, jugaba con ella misma a que todo era una broma, un chiste y que ella no era ella sino una impostora. Esa idea la tranquilizaba por un rato. Pero bastaba una gota de rocío, una brizna de hierba, una mariposa posada en una flor campaneante para que todo se volviera humo y ceniza.
Hernán entró en el cuarto justo cuando la lluvia arreciaba, lagrimas y lagrimas en torrente le atravesaban la cara congestionada y casi deformada por tanto llanto.
- ¿ Qué tienes?
- Nada, mi hermana llamó que papi esta grave otra vez …
- Tú sabes que ella siempre exagera.
- ¿Pero cómo saberlo?, él está malo, muy malito, eso no es nuevo
- Si, y está ingresado una semana y sale y así. Tienes que ponerte dura.
- No puedo, no puedo ponerme dura
- Pues tienes que poner de tu parte, o te vas a enfermar
- ¿Más?
- ¿Qué quieres decir?
- Nada, que me siento mal y ojala no hubiera tenido que irme de mi país
- ¿Qué dices?, ¿estás loca?, ¿te imaginas como estaríamos allá?, ¿no piensas en tus hijos?
- No es eso… te juro que no es eso… no me entiendes… te juro que no es por eso… es que yo…
- Si es eso… y no me jures… fíjate lo que te digo Sara… para estar conmigo hay que echar pa’lante. No quiero una carga pesada a mi lado.
La conversación enmudeció, o mejor fue masacrada a mansalva. Un mazaso contundente. Un disparo al pecho. Un golpe bajo. Un desamor. Una vez más la arrogancia se había impuesto. ¿Qué más?
La lluvia arreció. De pronto como mil diminutos tornados se arremolinaron en las ventanas todas, golpeándolas, haciéndolas crispar, llamando la atención. Gritando a su modo. La lluvia cayendo en la ventana, ruidosa, desafiante y el cielo para no quedarse atrás se tiñó de púrpura, de plateado, de gris. Y el ruido… ese ruido… es ruido… ¿o es otra cosa?
¿Por qué la lluvia será tan histérica? … debe ser porque es mujer.
jueves, 1 de mayo de 2008
Te busco. Un poema.
Te busco
Te busco,
desde el día en que el sol se separó
de la gran nebulosa
y girando en loco y acompasado
azar creo la vida;
desde el primer rayo, te busco, fiero amor, que me conmueve
por su obstinada terquedad a no ceder
ni un ápice de esa ilusión,
cocinada en hogueras de dudas y preguntas,
sólo respondidas al paso del tiempo,
igual que todo lo que gira, y cambia
en cada vuelta,
eterna ley de la física,
oración inmortal de la materia,
sólo desmentida y puesta en duda
por mi amor por ti,
buscado y encontrado a lo largo
de siglos de espera, duro batallar
pensando que no existía
que era imposible,
terrible vaticinio de los que dicen
ama la belleza de la paz,
olvida el estremecimiento,
renuncia a la guerra,
y heme aquí,
llorando por fin sobre el cadáver
insepulto del amor tranquilo.
Te busco,
desde el día en que el sol se separó
de la gran nebulosa
y girando en loco y acompasado
azar creo la vida;
desde el primer rayo, te busco, fiero amor, que me conmueve
por su obstinada terquedad a no ceder
ni un ápice de esa ilusión,
cocinada en hogueras de dudas y preguntas,
sólo respondidas al paso del tiempo,
igual que todo lo que gira, y cambia
en cada vuelta,
eterna ley de la física,
oración inmortal de la materia,
sólo desmentida y puesta en duda
por mi amor por ti,
buscado y encontrado a lo largo
de siglos de espera, duro batallar
pensando que no existía
que era imposible,
terrible vaticinio de los que dicen
ama la belleza de la paz,
olvida el estremecimiento,
renuncia a la guerra,
y heme aquí,
llorando por fin sobre el cadáver
insepulto del amor tranquilo.
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