"!Qué herencia! " Antón Arrufat en “La Repetición”

Hoy he asistido a la puesta en escena de “La Repetición”, obra quizás no emblemática, pero si paradigmática de Antón Arrufat, uno de los más grandes dramaturgos cubanos vivos que viven en la Isla.

Una buena reseña ya no las hizo Rosie Inguanzo desde las páginas de TuMiami, así que no abundaré en esto.

Un teatro a lleno completo da fe de una puesta; un público mayoritariamente joven y es de suponer de origen cubano-americano nos hace pensar en el interés y vigencia de la obra de Arrufat, aquí en estos predios miamenses.

En una hora y un poquito más, Arrufat, es decir Teresa Maria Rojas, Haina Guillen y Javier Suit nos entregan un solar cubano (¿habanero?) donde un vendedor de “ cosas nuevas” trata de atraer y vender sus productos a una joven mujer que termina seducida ante la mirada advertida de “ la vecina”. Historia conocida, miserias, carencias y el eterno afán de cualquier ser en llegar a tener lo que se advienta inalcanzable, ¿bienes materiales?, ¿amor?, da igual. Antón en 1959 nos revela desde ya su acuciante modo de buscar en los antojos del ser, de ese ser con minúsculas del que todos somos parte.

"¡Lluvia y aviones del cielo bajan!", Antón, ¡qué razon tienes!, a no ser que seas pitoniso (que no lo creo) este parlamento, - pequeño -, tiene hoy tanta vigencia como para abarcar un todo. Un todo que se aparta como untado de la nada. De esa nada sartreiana del que lo adivino tributario.

Por si fuera poco, dentro de dos semanas Teatro en Miami Studio estrenará bajo la dirección de mi adorado Ernesto, “Los Acosados” de Matías Montes Huidobro, también escrita en 1959 y que nos asoma a la historia de una joven pareja acosada - y valga la redundancia - por la compra de un juego de cuartos que no sabe si podrá pagar. Claro, la obra dice más, mucho más, y la puesta va a decir más aun, pero no quiero referirme hasta después del estreno que será el 3 de octubre.

Como un fogonazo llega a mi mente esta confluencia. Dos autores. Uno de “aquí”, y otro de “ allá’, inmersos en la toda cotidiana de una Cuba de hace 50 años….. pero… los mismos problemas … las mismas penurias … las mismas angustias existenciales. Como si fuera hoy. O como dice el Benny… u otro que conozco “ Hoy como ayer…”. Todo un karma.

Otra buena nota de Arturo Arias-Polo en El Herald, aqui y otra en el blog de Mayeya aqui