martes, 30 de septiembre de 2008

La historia de Cecilia Solás(68). Una blogonovela cubana.

… hay amores que nos quitan el sueño…
hay amores que nos roban la vida …
hay amores que nos matan de pena …
son amores que jamás se te olvidan …
y hay amores como el que yo te ofrezco
que es tan grande que no tiene medida,…
este amor que nació al conocerte para toda la vida…


Para oir la Canción
.

mi Pablito,

quizás tenga que convencerme ante tanta obviedad y reconocer que no estoy sola, quizás sea tan cierto como que no eres virtual, y te confieso, así como mismo tú me ves – sentada frente a ti – que me siento feliz de tu mensaje anterior.

Me dices que me amas, y creo que exageras, ¿Cómo vas a amarme si no me has visto, si ni siquiera sabes de mi?, salvo por estos mensajes que ya al menos para mi son un ritual de sobrevivencia.

Pero me parece entenderte porque yo pienso que también te estoy amando. Tengo muchas ganas de verte, tantas como no imaginas. Y aunque no se si eso es amor, me parece que se parece. Pero ¡que boba soy! Si esto empezó hace mucho ya sentados en el portal de la escuela.

Mi vida no se desmorona, por el contrario, cada día estoy más convencida que se reconstruye, como si naciera de nuevo, y se que es por ti, lo sé. Me has dado vida a mi pobre existencia, me estas convirtiendo en otra persona.

Pero ten cuidado Pablito, soy muy frágil, estoy muy frágil, y mi corazón está lleno de zurcidos, es cierto que con hilos de mil colores que le dan un aire festivo, pero igual está roto, desgarrado y no quisiera que jugaras conmigo. No es que dude de tus sentimientos, pero es que esto es demasiado bueno para que sea cierto, o como dicen por acá ”this looks to good to be true”. Podemos ser amigos. No estás obligado a amarme y mucho menos a enamorarme. Piénsalo bien porque no creo que pueda resistir más tristezas y fracasos. De ti solo espero alegrías, como hasta ahora.

Pablito, eres para mi como un gran árbol, un árbol que me cobija y me da abrigo, tus mensajes me quitan esa sed de angustia con que he vivido tantos años, eres un árbol como sabor de agua.

Voy a ir a verte. No se cómo lo haré pero ya lo tengo decidido, solo me preocupa saber que no somos libres en el sentido formal y tradicional de la palabra. A mí se me está acabando el tiempo, me dijo el médico, y aunque no lo creo tampoco quisiera recriminarme una vez mas que no cumplí conmigo misma. Mi deseo más vivo, inmenso y ardiente que tengo en mi vida hoy por hoy es volverte a ver, ver si de verdad la vida nos está dando una oportunidad como me dijiste cuando hablamos ayer. Ojalá que sí.

Se que si te voy a amar, será para toda la vida, y por eso también tengo mucho miedo. No tenemos la vida por delante. No ya.
Esta carta me ha dejado muy agotada, no estoy acostumbrada a estas lides.
Tuya, y que Dios nos ampare,
Sara

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Desgarrador!,
a mi tambien me da miedo...
saludos desde Pune,
P

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

pues ahora si armó la cosa...el encuentro de dos mundos. ;)

Anónimo dijo...

pues yo creo que son más de dos los mundos que se encontrarán...

Anónimo dijo...

pues yo creo que son más de dos los mundos que se encontrarán...

Anónimo dijo...

oye primi, disculpa que cuando te pongo un comentario está saliendo doble...creo que es Tataindicom.

Anónimo dijo...

Hay una lucecita roja que dice: Peligro, peligro, peligro. Pero Sarita no quiere verla. Mal asunto, esos tipos que sólo se quieren a si mismos son un peligro para la humanidad y en especial para las personas que como Sara son ingenuas y piensan que la gente no tiene doblez. ¿tendremos que decir réquiem por Sara?